🌙 Ningún personaje me pertenece. Todos los créditos a MiHoyo.
🌙 En este libro encontrarás las reacciones de los personajes masculinos a diferentes situaciones y algunos one shot realizados a pedido.
🌙 ¡El +18 está permitido!
🌙 No es necesario...
Si ven errores ortográficos u oraciones sin sentido, me avisan 😭 Terminé de corregir el capítulo mientras regresaba a casa (sigo en el carro, ah) Espero que lo disfruten 🌻
S I T U A C I Ó N #7: ¿Qué sucedería si estuvieras en peligro?
Personajes: Kaeya, Zhongli, Tartaglia, Albedo
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—¿Kaeya? —Soltaste un sonoro suspiro tras no obtener respuesta alguna. El ruido que habías escuchado entre los arbustos le pertenecía a un pequeño gorrión.
¿Por qué estabas tan paranoica? No estabas del todo segura. A lo mejor se debía a que aquella era tu primera misión junto al capitán de caballería después de largas semanas de inactividad. Era más sencillo tomar decisiones cuando no tenías su atenta mirada sobre la nuca.
Suspiraste por segunda vez después de divisar el lago que habías estado buscando. Estabas sedienta después de pasar la mañana entera buscando a cierto sospechoso escurridizo que había logrado esquivar las defensas de Mondstadt durante largas semanas. Kaeya se había rehusado a dejarte investigar por tu cuenta asegurando que era mejor que avanzaras a su lado y tú habías hecho un esfuerzo sobrehumano para no gritarle que no eras una niña y que podías cumplir con aquella misión sin su ayuda.
A pesar de su evidente rechazo ante la idea de dejarte sola, habías logrado convencerlo para que te dejara ir en busca de agua. Necesitabas pasar unos minutos alejada de él para intentar tranquilizarte.
—¿Qué tenemos aquí? ¿No es esa t/n?
El sonido de aquella inconfundible voz hizo eco en el interior de tu mente. Tu cuerpo se rehusó a responderte, pero lo obligaste a girar hacia el rostro de aquel desagradable hombre cuya sonrisa aún lograba hacerte estremecer. La escena, sin embargo, te dejo boquiabierta. No estaba solo. Eran casi una docena de ladrones de tesoros armados hasta los dientes y con los bolsillos llenos de gemas que indicaban que acababan de regresar de un atraco exitoso.
—Un placer verte de nuevo, idiota—Le escupiste.
—Parece que la vida me ha dado una segunda oportunidad para hacerte pagar por lo que me hiciste—El hombre chasqueó los dedos haciendo que el resto de los ladrones liberaran sus espadas—¿O acaso estás dispuesta a devolvernos todo el dinero que nos robaste antes de desaparecer?
—Oh, qué rencoroso eres—Te encogiste de hombros—¿Acaso no has escuchado el dicho? Ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón.
La furia silenciosa que centelleaba en los ojos del hombre te hizo entender que no había forma de escapar de aquel enfrentamiento directo. Tampoco habías esperado que aquel ladrón de tesoros pudiera disculparte después de que le robaras el mayor botín al que le habían puesto las garras en toda su vida. Sí... aquel era el motivo por el que habías escapado a Mondstadt y así era como habías terminado siendo parte de los caballeros de Favonius.
