Genshin Impact | Situaciones

#3.3 - S I T U A C I O N E S

¿Quién dijo que no lograría publicar el capítulo que faltaba antes de que terminara la semana? 😈
(en mi país aún es domingo jsjsjsjs)

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S I T U A C I Ó N #3:
¿Cómo serían al estar ebrios?

Personajes: Bennett, Itto, Thoma y Venti

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[una hora atrás]

—¿Bennett? —Frunciste el ceño después de que Barbara girara en tu dirección. ¿Cómo habías confundido su silueta con la del joven aventurero?

[unos minutos atrás]

—¿Bennett? —Golpeaste tu rostro con la palma de tu mano. Aquel era el segundo incendio controlado que descubrías en la noche. Habías seguido el camino de caos en un intento por llegar hasta el muchacho, pero no estaba funcionando.

[presente]

Soltaste un sonoro suspiro antes de internarte en el bosque. Llegabas tarde para la pequeña fiesta que había organizado el Gremio de Aventureros, pero la idea de llegar junto con Bennett te hacía mucha ilusión. El único problema era que... no sabías dónde se había metido.

No podía llegar tan lejos con su mala suerte, ¿verdad? Eso era lo que habías creído antes de descubrir que, en realidad, podía ser bastante escurridizo cuando así lo deseaba.

Apartaste un par de arbustos antes de llegar al punto del mapa señalado en la invitación. No podía ser una reunión del gremio si no había un mapa involucrado. Al fin y al cabo, ¿qué aventurero no sabía cómo leer un mapa?

Levantaste la mirada hacia el cielo. Las estrellas se reflejaron en tus ojos haciendo que el brillo amenazara con cegarte, pero aquella escena nocturna era lo suficientemente cautivadora para que te fuera imposible apartar la mirada.

—¡t/n! ¡Por aquí!

A pesar de tu reticencia inicial, arrancaste tus ojos del cuadro tras escuchar aquella familiar voz llamándote desde el otro extremo del improvisado campamento. A lo mejor, era culpa de la calidez que se desprendía de la enorme fogata en el centro, pero tus mejillas comenzaron a arder con una intensidad desconcertante.

Mordiste tu labio inferior. El cabello rubio del muchacho se encontraba completamente desarreglado dándole una apariencia despreocupada que distaba mucho de su habitual peinado plagado de ramas de árbol. Los botones superiores de su camisa, por su parte, se encontraban desabotonados de modo que tenías una vista perfecta de sus marcados pectorales.

De vez en cuando olvidabas que Bennett no era un niño y que su cuerpo tampoco correspondía al de un infante.

El muchacho ladeó la cabeza. No parecía entender el motivo por el que te habías quedado completamente quieta en tu posición, por lo que te apresuraste a acercarte antes de que notara el efecto que había tenido en ti. La cercanía te permitió notar el aroma a alcohol que desprendía su aliento y el ligero rubor en sus mejillas que terminaba por confirmar que estaba ebrio.