🌙 Ningún personaje me pertenece. Todos los créditos a MiHoyo.
🌙 En este libro encontrarás las reacciones de los personajes masculinos a diferentes situaciones y algunos one shot realizados a pedido.
🌙 ¡El +18 está permitido!
🌙 No es necesario...
¡Por fin tenemos una situación soft después de mucho tiempo! Como prometí, lo más probable es que mañana les llega la actualización con la situación #15.1 👀
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S I T U A C I Ó N #14: ¿Cómo te cuidarían si estuvieras enferma? [actual relación: Pareja. Esta situación transcurre antes del matrimonio]
Personajes: Tartaglia, Zhongli, Kaeya y Albedo
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—Joven Tartaglia, le puedo asegurar que no hay nada que pueda hacer para evitar el progreso de la enfermedad—El hombrecillo de lentes tragó saliva luego de que el Fatui lo fulminara con la mirada. Llevabas suficiente tiempo a su lado para saber que no era buena idea molestarlo cuando se encontraba de un humor tan detestable como aquel, pero el doctor no tenía otra opción más que responder a las repetitivas preguntas del muchacho—Si acaso estuviera en mi poder, yo-
—No eres el primer hombre que se atreve a ir en contra de mis órdenes—Lo interrumpió Ajax—Te contraté para un cumplir un propósito y lo único que has hecho desde que llegaste a Liyue ha sido demostrarme tu incapacidad para estar a la altura de la tarea. ¿Cuál debería ser tu castigo por hacerme perder el tiempo?
El hombre tragó saliva antes de lanzarte una mirada suplicante. A pesar de que eras tú quien llevaba largos días enferma, la expresión en el rostro de aquel hombre te dejaba en claro que era él quien se estaba llevando la peor parte de todo ese asunto. Parecía temer por su vida.
—Y-Y-Y-Yo-
—Se supone que los doctores de Sumeru son los mejores de todo Tevyat—Susurró el muchacho—¿Cómo es que eres incapaz de curar a mi mujer?
Soltaste un sonoro estornudo tan pronto como aquella pregunta terminó de ser pronunciada. Te encogiste después de que tu cuerpo temblara por culpa de los escalofríos, aunque no tuviste mucho tiempo para preocuparte por tu salud. La expresión aterradora en el rostro de tu contrario había sido reemplazada por algo parecido a la preocupación más absoluta. Soltaste una pequeña risita después de que tocara tu frente en un intento por adivinar tu temperatura corporal.
—Ajax... solo estoy resfriada—Murmuraste con torpeza—¿Puedes dejar de aterrorizar así a todos los doctores que cruzan la puerta principal?
—¡P-Pero, t/n-!
—Sin peros—Lo reprendiste. A pesar de tu fingida seriedad, no pudiste evitar acariciar los cabellos del muchacho tan pronto como levantó la mirada en tu dirección. Lucía como un pequeño niño que había sido sermoneado injustamente—¿Tienes idea de cuántos doctores he tenido que ver desde que inició la semana? ¿Sabes por qué estoy enferma? Porque decidiste que era una buena idea hacerlo en-
