🌙 Ningún personaje me pertenece. Todos los créditos a MiHoyo.
🌙 En este libro encontrarás las reacciones de los personajes masculinos a diferentes situaciones y algunos one shot realizados a pedido.
🌙 ¡El +18 está permitido!
🌙 No es necesario...
No tienen idea de lo mucho que me ha gustado escribir este one shot 😔✋🏻 Te agradezco por la paciencia y por haber sido específica, pues eso me facilita mucho la redacción del capítulo 💚 Sin más que decir, espero que lo disfrutes 👀
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Perspectiva: t/n
Narrador: Segunda persona
Contexto: Nos encontramos siguiendo la premisa de la situación #8 (afrodisiaco)
– Aunque esta historia sigue la premisa de la situación #8, igual haré un escenario diferente para Venti cuando llegue el momento de publicar la situación #8.3 💕 – No es necesario leer la situación del afrodisiaco para comprender este one shot, pues solo es necesario saber que este afrodisiaco provoca deseo excesivo, mayor resistencia y necesidad de contacto físico. – Si no te sientes comodx con el +18, puedes saltarte este capítulo sin problemas ❤
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Pasaste el dorso de tu mano por tu rostro en un intento por limpiar algunas gotitas de sudor que se habían acumulado en tu frente por culpa del esfuerzo. Nunca habías sido demasiado buena con las artes marciales y tampoco habías resultado demasiado competente a la hora de utilizar tu visión, pero la hermana Rosaria había insistido en que toda hermana de la catedral debía mantenerse en forma para cumplir con sus propósitos divinos.
Quizá aquel era el motivo por el que te había resultado tan sencillo atar al arconte que se encontraba frente a ti.
Rompiste el contacto visual tan pronto como la mirada lujuriosa del muchacho se deslizó a lo largo de tus muslos apenas cubiertos por las mallas que habías elegido utilizar aquella mañana. Claro que hubieras elegido un conjunto menos revelador si acaso hubieras sabido a lo que tendrías que enfrentarte después de que el bardo apareciera en la puerta de tu casa con sospechosas intenciones.
Suspiraste antes de ponerte cuclillas frente al muchacho. Tus largos dedos alcanzaron el pequeño frasquito completamente traslúcido cuyo contenido ya te era relativamente familiar. Aquel era el peligroso afrodisiaco que se había expandido por todo el mercado de Mondstadt apenas unos meses atrás. No necesitabas ver la marcada erección en sus pantalones para saber que había consumido el contenido de aquel frasco. En realidad, te bastaba con escuchar su respiración entrecortada para saber que te deseaba con una necesidad casi antinatural.
