Octubre 26, miércoles
Génesis bajó del auto de su padre y caminó hacia uno de los paradores frente al mar. Estaba siendo demasiado puntual y no quería serlo, pero no pudo evitarlo. Tampoco quería que Luke se sintiera obligado a llegar a la hora exacta porque Génesis no era de enojarse por una estupidez como esa.
El clima estaba afortunadamente de su lado, la brisa era cálida lo que daba a una noche no tan fría y casi típica de primavera. La luna iluminaba el mar y las luces artificiales de los paradores daban un hermoso tono a todo lo que se encontrara a su alrededor. Tomó una bocanada de aire y se sintió bien, aliviada, sentía como sus nervios disminuían levemente.
Su corazón dejó de latir, la brisa se volvió fría y el sudor y los nervios volvieron a aparecer, todo eso lo causaba Luke que ahora estaba detrás de ella y sólo había pronunciado un amigable saludo. Tomó la baranda fuertemente antes de voltear y ver al rubio con una sonrisa plasmada en su rostro.
— Hola Luke. —Respondió a su saludo. No lo dudó y se acercó a él, con miedo rodeó su cuello con sus brazos y le dió un cálido y hermoso abrazo que él correspondió alegremente.
— ¿Quieres cenar ya o prefieres luego? —Génesis observó su reloj, eran apenas las ocho y veintidós minutos de la noche.
— Prefiero luego, ¿hay problema? —Se abofeteó mentalmente, Luke le había dicho claramente que prefería. Él pareció ignorar la estupidez, segun ella, cometida, y negó con la cabeza.
— Claro que no, —Lamió sus labios. — ¿Paseo rápido por el mar?
Génesis rió y asintió feliz. Era un cliché bastante usado y gastado, pero para Génesis que vivía pensando en la oportunidad de crear un cliché, lo disfrutaba. Tímidamente, Luke tomó la mano de Génesis mientras salían sin apuros del parador y sus pies tocaban la fría y blanca arena.
Ella se aferró más a la mano del rubio, temiendo que todo fuera un sueño y la silueta del hermoso chico a su lado desapareciera en cualquier momento. Su mano derecha sostenía las sandalías que anteriormente llevaba puestas para no incomodarse al caminar.
Maldijo cuando el agua, tan fría como un cubo de hielo, tocó sus pies. Apretó la mano de Luke por instinto mientras él reía y la sostenía. Siguieron caminando luego de que Génesis dejara de quejarse por el agua, iban tomados de la mano como una hermosa pareja.
— Estoy nervioso, lo siento. —Habló Luke, luego de secar su mano en su camiseta y de romper la atmósfera tensa que los rodeaba.
— No estés nervioso, Luke. —Sonrió Génesis. — Estás aquí por fin, la valentía venció a la timidez y estas afrontando obstáculos. Sinceramente, estoy feliz de que seas tú quien esté aquí conmigo.
Luke sonrió ampliamente, besó la mejilla de la castaña antes de regalarle un cálido abrazo.Se quedaron así un largo tiempo, la brisa golpeaba sus cuerpos con calidez y el agua ya estaba templada para ellos.
— Gén, —Murmurpo Luke. — ¿Cómo sabias que era yo? Ya sabes.
— Oh, eso. —Se sonrojó. — Habrá tiempo luego para explicar.
Rió y comenzó a correr lejos de él, sólo por diversión. Luke la seguía detrás, ambos tenían una sonrisa en el rostro que nadie jamás podría quitárselas. Tomó a Génesis por las caderas, levantándola ligeramente del suelo. Rieron, cómo si fuera su último día para hacerlo.
— Luke. —Susurró contra su pecho.
— ¿Si, Gén?
— Te quiero, realmente lo hago. —Luke sentía como su corazón latía fuertemente, mordió su labio para no chillar de emoción.