30 minutos

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Ukai: ¡Asahi! Soy yo, Ukai ¡Bájale a las feromonas que asustas! No te voy a quitar a Noya... solo no quiero ver a mis estudiantes desnudos... pueden lavarse y ponerse algo de ropa... los espero en media hora afuera... Noya, por amor del cielo, no trates de caminar. Asahi, cárgalo y ayúdalo en todo...

Noya trató de moverse un poco pero Asahi lo pegó a su cuerpo antes de dejarlo un poco libre.

A: Gracias por aceptarme – Noya abrió la boca sorprendido, luego la volvió a cerrar y se volteó un poco para abrazar a su ahora pareja - ¿Puedo cargarte así hasta el baño...?

N: Creo que sí puedo caminar – Dijo sonriente. En ese momento las luces se prendieron y pudieron ver sus caras sonrojadas. Agacharon la mirada aún en el tierno abrazo –

A: Es que... creo que ensuciaríamos mucho si salgo ahora – Dijo muy, pero muy avergonzado y rojo hasta las orejas (Recuerden que él se vino adentro antes de anudarlo y que la carga de semen que sueltan los alfas cuando están en celo es muy superior a la de una eyaculación usual)

N: Jejeje... me había olvidado que seguíamos conectados – dijo también muy avergonzado y apartando la mirada –

El entrenador por su parte estaba en la puerta mirando hacia otra dirección. El que no mirara no era impedimento para que no escuchara y aunque estaba orgulloso de que la comunicación entre esos dos fuera muy buena, también estaba por darle un coma diabético de la dulzura anterior y un paro por las cosas que decían.

U: ¡VEINTICINCO MINUTOS! – Gritó para romper el momento un tanto incómodo y se sentó en las gradas cercanas. Él había aceptado ser entrenador de un equipo de vóley. No se esperaba que cosas como esas sucedieran... nunca ¡Nunca! ¡Ni en sus más extrañas pesadillas se imaginó escuchar una conversación así entre un alfa y un omega!

A: Entonces te cargo hasta las duchas y tomamos un baño juntos... ¿Te parece Yuu? – El pequeño asintió sin poder ver a Asahi a la cara. Momento ¡Se iban a bañar juntos!

Ambos parecieron procesar la información y se pusieron aún más rojos... Asahi lo abrazó antes de pararse. Noya había pasado sus brazos detrás del cuello del mayor y había atado sus piernas a la cadera del mismo. Con cada paso que Asahi daba, Noya sentía como esa masa de carne se movía dentro de él. Era un momento muy embarazoso... momento ¿Y si estaba embarazado? Abrió los ojos y se tensó un momento antes de darse cuenta de algo: igual ya no podía hacer nada al respecto. Solo se aferró más a su alfa, eso le hacía sentir seguro y en su interior sentía cosquillas con cada movimiento.

Llegaron a la ducha. Noya bajo las piernas y Asahi lo sostuvo hasta que su pene salió totalmente de dentro del pequeño. Por las piernas de Noya empezó a escurrir un líquido blanco primero, luego uno con coloraciones rojizas. Asahi lo miró muy preocupado y su pareja le devolvió una sonrisa.

Asahi: De verdad lo siento... lo siento... lo menos que quiero es hacer daño o causar dolor a la persona que amo y...

Noya: Shhh... También tengo parte de la responsabilidad ¿Vale? No me duele tanto como para llorar... así que no llores que ya sabes que terminamos llorando los dos... - Asahi servía de apoyo para Noya y lo ayudó a lavarse el pelo y el cuerpo. El menor, a pesar de lo que había dicho con las justas y si se podía mover. Le dolía todo el cuerpo... todo... pero el que su amado estuviera con él, lo ayudara y llenara de caricias y mimos ayudaba bastante a distraer todo ese sufrimiento.

Asahi no podía creer lo que había hecho. A pesar de que su pareja dijera que la culpa era de ambos, no podía evitar recriminarse y sentirse mal por la pésima condición en la que el cuerpecito de él se encontraba. Tenía moratones por todos lados. Bueno... algunos no eran su culpa, sino del vóley... pero las marcas de manos en las muñecas sí eran de él; las marcas de mordiscos, también eran de él; los chupetones en cuello, abdomen y espalda igual; y la enorme marca morada y rojiza de mordida en el cuello con rastros de sangre, también era de él. Y su pequeño estaba ahí, sonriéndole ¿Cómo no amarlo a morir? ¿Cómo no sentirse culpable por su condición?

Son uno para el otro - AsanoyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora