Capítulo 10.

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Él no recordaba a verse arropado la noche anterior, la manta de seda desprendía un ligero olor a jazmines que inmediatamente le recordó a rapunzel. Se reincorporo para quedar sentado en el sofá, y antes de articular movimiento vio pasar a la rubia con elisa dormida aun, en brazos. Rápidamente se puso de pie.

-¿a dónde vas?

Rapunzel detuvo el paso y respondió sin volverse a verlo. Le daba vergüenza el hacerlo y no sabría qué otra cosa decir si jack establecía una conversación:

-estaremos mejor en mi departamento.

Jack se froto los ojos para quitar los residuos de sueño.

-no te vayas-dijo finalmente acercándose a ella-. Yo soy el que tiene que irse.

Rapunzel se volvió hacia él para mirarle a los ojos.

-no, soy yo la que tiene que hacerlo jack, este es tu departamento.

-pero fue mi culpa que elisa se escapara.

-claro que no, fue de los dos. No debí decirte eso. Lo siento.-la rubia agacho la cabeza apenada- no debí juzgarte de esa manera-añadió actuando con impotencia.

Jack recordó repentinamente que estaba sin camisa, por lo que inmediatamente tomo la manta del sofá y con ella se cubrió los hombros. La manta le cubría medio abdomen pero supuso que esta alcanzaba a cubrir todo el dorso de rapunzel y el cuerpo de elisa.

-no hay problema. A ti siempre te juzgan-dijo sin pensarlo. Rapunzel miro a jack de manera extraña y enarco una ceja con una sonrisa ladeada. Él sonrío estúpidamente con una expresión divertida-. Juro que eso sonaba mejor en mi cabeza.

Rapunzel rió ligeramente y luego se mordió el labio inferior ruborizada. Había pensado repentinamente sin estar pensado literariamente, que jack era realmente atractivo y, si lo era, pero nunca lo había admitido, al menos a sí misma.

-bueno-dijo ella rompiendo con el silencio que se había formado hacia un minuto-¿no te molesta?

-creo que ya me acostumbre a tu presencia, y admito-dijo carraspeando un poco la garganta-, que no quiero que te vallas.

La mejillas de la rubia se ruborizaron aún más con aquel comentario, pero sintió que casi opacaba el color de la manzana que reposaba en la isla de la cocina, cuando jack la rodeo con sus brazos cubiertos por la manta de un gélido y claro color rosado. Elisa podía sentir el calor de que le brindaban ambos jóvenes y esbozo una sonrisa.

...

después de salir de la dirección de norte dejándole algunos papeles con respecto a su traslado a Alemania el fin de año, escuchaba pasos detrás suyo, miraba a los lados y cada quien iba en lo en lo que iba, por lo que después de unos segundos decidió ya no prestarle atención. Al llegar a la cafetería y cambiar su ropa por su uniforme de trabajo, tomo la bandeja y fue a tomar el pedido de unas chicas, una pelinegra y la castaña.

-buenas tardes puedo...

rapunzel se quedó aturdida al ver que la pelinegra se quitaba las gafas, dejando a la vista hermosos ojos azules intensos, seguido de la peluca dejando a la vista dos trenzas y en una de ellas una mecha blanca.

-¡aja!-grito la disfrazada anna señalando con el dedo índice a su amiga-. Con que aquí pasas tú tiempo hora eh-exclamo con una sonrisa ladeada y aires de victoria.

-¿a-anna?-balbuceo rapunzel ahora nerviosa y confundida-¿qué haces aquí?

Antes de que anna pudiera responderle, la castaña replico quitándose la peluca y las gafas oscuras:

-querrás decir, ¿qué hacemos aquí?

La rubia se volvió a mirar a la otra pelirroja aún más nerviosa.

-merida, ¿qué está pasando, eran ustedes las que me seguían entonces?-ambas asintieron con unas sonrisas de complicidad en el rostro-¿por qué?

-porque-comenzó decir anna reflejando algo de tristeza en su rostro-, queremos recuperar a nuestra amiga rapunzel. Ya nunca hacemos nada juntas, siempre está ocupada, bueno ahora más que antes.

-es cierto-añadió merida.-somos tus amigas, dinos que te pasa.

Rapunzel tomo asiento junto a ellas y dejo la bandeja aun lado en la mesa.

-chicas yo...tengo una hija-. Las dos pelirrojas parecían estar petrificadas con expresiones de ilusas marcadas el rostro, merida se había quedado completamente inmóvil con la cabeza ladeada y ni siquiera parpadeaba. Anna tenía la boca ligeramente abierta y los ojos bien abiertos. Rapunzel le hizo una mueca con los ojos en un ademán desesperación y ansiedad-¿chicas?-rapunzel suspiro con pesar y se tornó seria-¿no me creen verdad?-cuestiono secamente.

Anna aplano los labios y al igual que merida negó con la cabeza repetidas veces.

...

Jack por su parte, había decido ir al restaurante a explicar sus faltas y ver que podía hacer al respecto para no perder su empleo. Kristoff y él tomaron asiento en una de las mesas. Kristoff era el gerente del lugar y se encargaba de atender las faltas de los empleados. El rubio repiqueteaba los dedos de la mesa y miraba a jack esperando su explicación,

-sabes que hay otras personas que también necesitan el empleo ¿verdad?- advirtió el gerente con tono de voz serio. Jack asintió, frustrado consigo mismo-¿entonces por qué faltaste la semana pasada?

-tuve un problema, escucha despídeme si lo consideras necesario, sé que debí ser más responsable pero mi vida es un completo desastre ahora y no sé qué hacer, ella finge que...-jack guardo silencio al ver que hablaba demás.

-¿ella?-cuestiono Kristoff relajando su expresión.

-lo siento no debería estar ocupando tu tiempo con mis problemas, pasare por mis cosas y me iré.

-está bien.-el rubio de ojos oscuros le hizo una seña para que volviera a tomar asiento-. Puedes confiar en mí.

Jack sonrío a medias.

-sabes tengo una hija y siento que no estoy preparado para esto.

-no tengo hijos pero creo que te entiendo, aunque no lo creas tengo solo dos años más que tú y nunca eh podido entrar a la universidad.-jack lo miro atentamente, no se había fijado en lo joven que era Kristoff -eh tenido que trabajar toda mi vida para tener algo.

El castaño suspiro con pesar recargando su espalda del respaldo.

-siempre lo eh tenido todo, siempre cumpliendo con mis ambiciones y ahora me doy cuenta que, de todas esas cosas solo hay una que me realmente me importa... el amor de las dos chicas con las que quiero estar toda mi vida.

-entonces cumple con ese sueño si lo quieres realmente como dices- Kristoff negó con la cabeza mientras mantenía aquella sonrisa melancólica en los labios- . Si es el correcto, no dejes de añorarlo jamás.

Dulce elisa = jakunzel =Donde viven las historias. Descúbrelo ahora