(Narradora).
La joven rubia despertó de su sueño frustrada y de mal humor. Un escalofrío recorrió su cuerpo al tiempo en el que se levantaba.
-ufff, ¿qué pesadilla fue esa?-exclamo con cara de asco.
Se levantó de la cama y se metió al baño. Todos la describen como una chica excesivamente organizada y algo creída, para ella todo tenía un orden y un lugar, la puntualidad le sentaba bastante bien. No había algo en su vida fuera de lugar y si lo había ella se encargaría de resolverlo, para una chica como rapunzel corona ser la vecina de jackson overland mejor conocido como jack frots era una verdadera desgracia.
No era un mal chico, pero era irremediablemente despreocupado, irresponsable y eufórico, siempre hacia idioteces, y si algo no andaba bien, él pretendería ignorar que el problema existe. Pero todo su mundo se vino abajo cuando se topó con una pequeña niña al otro lado de la puerta de su departamento, la cual llevaba una pequeña mochila.
-¿y esto que es?-pregunto él, frustrado y con resaca.
En respuesta la pequeña le extendió su mochila.
Rapunzel nuevamente había ganado la presidencia de la escuela, pero nadie más que ella y sus amigas merida y anna estaban felices, puesto que ya había ganado la precedencia de la universidad dos años seguidos. Este merito le permitía tomarse ciertas libertades en la universidad, como inaugurar la nueva biblioteca dándole el privilegio de cortar la cinta roja de apertura o elegir los platillos que servirían en el comedor, entre otras cosas.
jack hizo pasar a la pequeña mientras revisaba la mochila, en ella encontró una carta y unos papeles, sin saber lo que ocurría comenzó a sentirse preocupado.
Rapunzel festejaba nuevamente su victoria en la cafetería con sus amigas, comenzaría a hacer los cambios que consideraba necesarios, el director estaba completamente orgulloso de ella, tanto que incluso le dio algunos permisos. Luego de celebrar vio sus clases de administración como cualquier otro día de universidad. Pero el sueño que había tenido esa mañana le había dejado un mal sabor de boca.
El joven castaño se sentó en el sofá aturdido, leía la carta una y otra vez como si no comprendiera tan simples y fuertes palabras, incluso había olvidado que iba tarde a la universidad.
Su nombre es elisa, tiene dos años...ella es tu hija.
ATT: elsa.
Cuando rapunzel hubo vuelto al edificio, iba con una gran sonrisa de satisfacción en el rostro, aquella que siempre desaparecía cuando veía a jack y así paso. Su sonrisa se borró cuando vio salir a jack. Antes de poder abrir la puerta de su departamento Jack le tomo del brazo, ella le miro neutra zafándose inmediatamente de su agarre.
-tenemos que hablar-dijo él.
-yo no los llame,.. Esta vez.
-no es eso.
-escucha jack, hoy fue un gran día y no quiero que lo eches a perder.
Jack se frustro y antes de que la rubia le diera espalda, la tomo de la cintura y la subió a su hombro. Rapunzel solo de daba golpes en la espalda con los puños cerrados. Jack dejo caer a la rubia en su sofá sucio de palomitas y antes de que rapunzel pudiera reclamarle vio a la pequeña que había visto en sus sueños.
-¿quién es?-pregunto desconcertada y temerosa. Era idéntica a la niña de sus sueños.
-es mi hija-confeso jack rascándose la nuca y mirando a la niña neutro.
-es idéntica a elsa- comento, inspeccionando a la pequeña-. O cielos-dijo sacando conclusiones-¿tu hija?
Jack se puso frente a rapunzel y se agacho ante las piernas de la joven, rapunzel enarco una ceja y le miro mal, tampoco le agrado ver las manos de jack sobre su regazo.
-sabes que odio hacer esto, así que más te vale que no lo comentes con nadie. Ayúdame-suplico haciendo ojitos.
Rapunzel rió amargamente y se levantó del sofá.
-que mal chiste frost...
-no me llames así-sentencio entre dientes mirándola fulminante.
-bien me voy.-hizo una mueca mientras caminaba en dirección a la puerta.
La rubia iba a irse cuando jack la tomo del brazo.
-no sé qué hacer-confeso desesperado.
-eso es tu problema, metiste la pata hasta el fondo, hazte cargo.-ella trataba de soltarse del agarre, con una expresión seria - Ya suéltame tengo cosas que hacer.
-eres la única persona que se tomara esto enserio, además sabes cómo actuar, siempre sabes todo-objeto él, dedicándole una sonrisa.
Pero ella no era estúpida, jack solo le hacía elogios cuando quería algo.
Rapunzel apretó los puños. Jack la soltó al ver como la rubia se tensaba.
-escúchame muy bien frots.- Jack frunció el ceño y la miro fulminante. Enserio no la soportaba pero en esos momentos de desesperación la necesitaba-. Mi futuro es ser una líder para dirigir la empresa de mis padres, no puedo echar a perder mi vida por una niña, en mis planes no hay niños y mis padres me mataran si se enteran.
-nadie tiene porque hacerlo.
Rapunzel miro a elisa y se veía cansada, la pequeña bostezo y se froto los ojos. Tenía sueño. Que culpa tenía la pobre chiquilla de tener padres tan irresponsables y que no la quisieran, además debía admitir que en veces se sentía muy sola, y viéndolo de otra manera elisa podría ser una buena compañera, pero como hacerle un lugar en su currículum y en sus planes. Aquella decisión con respecto a elisa cambiaría su vida y su futuro e incluso el curso que llevaban las cosas. La rubia se volvió a ver al castaño quien permanecía con la mirada puesta sobre ella en un ademán de ansiedad y desesperación.
-la responsabilidad será de ambos, ¿está bien?- indico con seriedad.
Jack sonrío victorioso.
-bien.-camino hacia su cuarto y abrió la puerta, dejando a la vista una cama desordenada y pequeña- Aquí cabremos los tres, creo, tal vez si...
rapunzel miro asqueada la habitación de jack y se sintió casi sucia cuando el castaño dijo aquello.
-¿cabremos los tres?, ¡estás loco!, no me quedare aquí, y no dormiré en tú revolcadero.
Jack se hizo el ofendido.
-no meto a más de dos chicas aquí, ¡qué te pasa!
Rapunzel frunció el ceño, cargo a elisa en brazos y tomo su mochila rosa que reposaba aun lado del sofá.
-imbécil-espeto con sequedad, y abandono el departamento de jack.
ESTÁS LEYENDO
Dulce elisa = jakunzel =
FanficTodos la describen como una chica excesivamente organizada y algo creída, para ella todo tenía un orden y un lugar, la puntualidad le sentaba bastante bien. No había algo en su vida fuera de lugar y si lo había ella se encargaría de resolverlo, para...