Los peligros de confiar #1

CAPÍTULO 14

Miré hacia arriba. Una claraboya de tamaño imaginable ocupaba el alto techo dejando ver el espléndido cielo azul. Las vistas eran excepcionalmente bonitas. Eras capaz de identificar cada forma que apareciera en aquel lienzo; aves, nubes, y estrellas por la noche.

En el centro de aquella gran construcción se ubicaba una gran escalera con forma de espiral.

—¡Wow!

—¿Te gusta?—noté sus ojos clavados en mi rostro.

—Esto es...—No encontré las palabras para describir cuán hermoso y maravilloso era, cualquier cosa me parecía demasiado vulgar para un entorno tan excepcional.

—Sabía que te encantaría.

Sam conocía toda mi vida, a ella le contaba mis oscuros secretos. Incluso mi pequeña obsesión con el cielo. Sobre todo con las estrellas. Cada vez que me acordaba, sacaba mi móvil e inmortalizaba el momento con una foto en dirección al cielo nocturno, se la mandaba, y Sam siempre contestaba lo mismo; "Algún día te regalaré un telescopio y podremos verlas juntas"

—¿Max? ¿Hay alguien ahí dentro?—golpeó mi cabeza con delicadeza.

—No—respondí sin pensarlo.

—Ya veo—rió y yo desplacé mis labios un poco hacia arriba, avergonzada. A menudo me quedaba absorta en mis pensamientos.

En las horas restantes del día recorrimos todo el centro comercial en busca de algo interesante. Vimos tiendas de ropa en las que las prendas todavía habitaban, la mayoría por en el suelo, arrugadas y algunas hasta rotas. También observamos un pequeño supermercado, que como Sam había indicado, todavía estaba surtido de productos, y de nuevo la mayoría estaban por el suelo.

El día se había pasado volando y no había tenido casi tiempo de pensar en nada. Lo último que analizó mi cerebro fue mi espalda sobre una chaqueta que hacía de manta y envolvía mi cuerpo, más otra prenda de ropa que simulaba ser un cojín donde mantenía la cabeza apoyada.

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