Era tarde, pero el Sol aún permanecía iluminando el cielo. Seguía inspeccionando el enorme lugar que utilizábamos como refugio, no era la primera vez que caminaba por distintos pasillos y lugares de aquel viejo centro comercial, pero cada vez que lo hacía descubría cosas nuevas.
Una desgastada pancarta de cartón colgaba de la parte superior del local. Este decía: "Se venden y compran libros de segunda mano". La puerta de la pequeña tienda estaba a medio cerrar, pero con una buena patada por mi parte no fue más problema. Pronto la visión se hizo más clara gracias a una pequeña ventana que se situaba al lado del mostrador. Había cuatro estanterías de madera oscura y a medio llenar. Me acerqué a observar qué tipos de libros contenían. Llegué a leer algunos títulos como: "Mujercitas", "Moby Dick" o "La vuelta al mundo en ochenta días". De todos, el que más atrajo mi atención fue uno aparentemente vacío. Su lomo era de un color marrón antiguo, como el de un pergamino. Por alguna razón desconocida, parecía no estar bañado en polvo como los demás. Lo cogí entre mis manos, mas todavía no se veía ningún tipo de letra o dibujo. Pasé las páginas hasta llegar a una escritura. Las palabras estaban pintadas de un rojo que me hacía recordar al fuego.
El texto comenzaba diciendo:
Lo siento
La culpa me corroe, quema mi alma
Ojalá pudiera escapar sin cobrar las consecuencias
Detesto hacer esto, detesto tener que hacerles caso
Cada día que pasa lo soporto menos
Tengo que engañar y sonreír, tengo que fingir
No estoy seguro de poder seguir, solo quiero irme de aquí
Solo quiero estar con ellos, mas para eso debo permanecer
Aunque conlleve el dolor de otra persona, aunque conduzca a mi propia perdición.
Oí unos pasos próximos y me giré instintivamente. Vi a Sam vestida con una camiseta rosa y unos pantalones vaqueros rotos. Corrí para alcanzarla. En las comidas estábamos en grupo y no podíamos hablar de cosas privadas, ni siquiera habíamos aclarado el problema de la discusión, estaba segura de que ella no quería debatir, por lo que había comprobado, ignoraba mis palabras si hablaba sobre ese tema. Sam no estaba bien, lo notaba, llevaba siendo su amiga durante mucho tiempo, podía ver a través de ella. Ya que no era capaz de reconfortarla, al menos intentaría que no se sintiera sola. En realidad, era yo la que me sentía abandonada, pero intentaba llenar ese vacío creyéndome que entre nosotras todo iba bien.
—¿Adónde ibas?—pregunté una vez que Sam se detuvo.
—A ningún lado, solo paseaba.—fijó su mirada en mis ojos—. Este lugar es muy grande—permitió que su cuello girase para obtener un amplio campo de visión sobre la estancia—¿Qué libro es ese?—pronunció Sam una vez que su atención volvía a estar clavada en mí. Me di cuenta de que la obra todavía ocupaba un lugar entre mis manos. Con rapidez me ocupé de dejarlo en la librería y acompañar a Sam hasta el sitio donde descansábamos. No eran más que prendas de ropa simulando ser colchones, almohadas y mantas. Mi espalda ya comenzaba a acostumbrarse.
Allison, Felix y Dino ya estaban tumbados en sus "camas". Estaban a una distancia considerable de la mía y la de Sam. Agradecí el hecho de no tener que dormir al lado de Allison. No había desarrollado ningún tipo de miedo hacia su persona, solamente a lo que había provocado en mi cuerpo, aunque puede que no hubiera mucha distancia entre esas afirmaciones. Esa chica de pelo amarillo había hecho que regresase al pasado por unos segundos. No era nada satisfactorio recordar el sentimiento de falta de aire.
—Max, tengo que hablar con Dino, tardaré bastante así que no me esperes dormida—casi no habíamos intercambiado palabra y ya quería volver a alejarse de mí. Realmente era insultante. En momentos como aquellos, en los que estábamos las dos solas, no podíamos separarnos. Debíamos permanecer unidas, todo ocurría demasiado rápido, nada impedía que alguien nos encontrara y tuviésemos que abandonar ese plano.
—¿No podemos estar un poco más de tiempo juntas?—si era sincera una parte de mí quería contarle mi incidente con Allison, por otro lado no quería cargarle a Sam con mis sentimientos y que ella invalidara los suyos. Después de lo que mi amiga había soltado en medio de la discusión, no pude evitar sentirme culpable ante todas sus palabras.
—No me esperes despierta—repitió con un tono más oscuro. Al instante la decepción y soledad inundó mi corazón. Sam ya no era la misma, no era la amiga extrovertida y despreocupada, ahora aparentaba ser una persona amargada y de pocas palabras. No sabía ni entendía qué tanto conversaba con Dino ¿Qué le contaba? ¿Se desahogaba con él? ¿Él la consolaba? Sam siempre había sido alguien de personalidad abierta, si ella lo pensaba encontraría una forma de que todo el mundo se enterase de lo que pasara por su cabeza, pero si había cambiado tanto, desde luego que había de haber una razón existente. Estaba casi segura de que sabía lo que le pasaba, tenía miedo, estaba asustada. Sam no solía tener bajones emocionales de forma habitual, así que no acostumbraba a pedir ayuda. Por lo que había expresado el día anterior, ella se sentía resentida conmigo, porque yo de alguna forma le provocaba una sensación de malestar a la hora de gestionar sus emociones. La circunstancia que vivíamos en ese momento era complicada. Su padre era policía, era claro que la estarían buscando, aunque una parte de mí se cuestionaba si nuestros cazadores eran tan poderosos como para tener comprada a las fuerzas de seguridad. Recordando las palabras de mi tía todo indicaba que sí, pero entonces no comprendía cómo no nos habían encontrado todavía.
Ese razonamiento hizo que más preguntas aparecieran. ¿Y si pensaban que yo había matado a mi tía y que había secuestrado a Sam?—se formó un nudo en mi garganta.
Sin muchos ánimos, me senté sobre mi poco esponjoso montón de prendas. Apoyé mi cabeza en ellas y traté de apagar mi cerebro. Quería transportarme a algún lugar mejor, uno imaginario, quería escapar de aquella realidad. Añoraba la vida imperfecta, llena de pequeños problemas sin importancia. Desde luego la frase "no valoras lo que tienes hasta que lo pierdes" comprendía un significado muy acertado.
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Los peligros de confiar #1
FantasyElla poseía un poder prohibido. Él poseía una conciencia inquieta. Ella no se permitía parecer débil. Él no se permitía querer a nadie. Ella escapaba de los asesinos de su padre. Él escapaba de su pasado. Ella solo tenía que odiarle por lo que hi...