Nyoko se encontraba recostada, de pie, a las afueras de un restaurante. Kankuro necesitaba ir al baño así que le recomendó ir al lugar donde comía barbacoa con sus amigos, ya que era un lugar de confianza y si el castaño mencionaba su nombre lo dejarían pasar sin necesidad de comprar nada. En medio de la espera, una rubia se abalanzó sobre ella.
—¡Oh, Nyoko! ¿Qué tal? Discúlpame por lo de ayer, ¿lograste encontrar el regalo perfecto?
—Ah, sí, Kankuro me ayudó.
—Me sorprende que te lleves bien con él tan rápido.
—Bueno, me agarró estresada por el regalo, ya no puedo pasar más vergüenza luego de que me viera así. Además me agrada.
—Neji se debe estar muriendo de celos.
—¿Estás loca? ¿Por qué estaría celoso? Además no es tan tonto.
—Así que el regalo no era para un amigo —acusó el castaño llegando.
—Oh, tú le podrías dar consejos para que lo conquiste. Hiciste bien en hacer un amigo que no sean tan... ya sabes —comentó haciendo referencia al "desinterés" e inexperiencia de Choji y Shikamaru en las relaciones amorosas—. Como sea, te la encargo. Debo irme, adiós.
—Jaja, sí eres una niña. ¿Acaso no puedes confesarte? Tienes suerte de encontrarte con un galán como yo.
—Si fueras un galán lo serías donde sea y aquí todos pasan de ti.
—Vaya, qué sensible nos pusimos. Ya te darás cuenta de mis encantos —la chica rodó sus ojos y sin más que decir lo acompañó en lo que sea que tenía que hacer.
La chica no paraba de pensar en que esta noche sería el gran acto. La celebración empezaría temprano por la noche, para que cuando diera las 12 ya fuera "el día siguiente", el verdadero cumpleaños de Neji. Desde la pelea, los días pasaban con lentitud, asfixiándola por la constante tensión de no saber qué sería de ellos, pero hoy, sabiendo que tomaría las riendas de la situación, sentía lo contrario. El tiempo se le iba de las manos y le ponía nerviosa.
Antes del atardecer Kankuro le informó que no tenía más nada qué hacer, por lo tanto podía andar sin "preocupaciones" el resto de las horas antes del aterrador evento. En un abrir y cerrar de ojos estaba en su cocina preparando un budín de manzana, al que le pondría arriba azúcar impalpable. Le gustaba cocinar para las personas, era su forma de hacerles saber que les importaba; intentaba hacerles llegar su amor a través del estómago. Una vez hecho fue a vestirse: su idea era llegar temprano para hablar sin inconvenientes con su amigo y así disipar el aura extraña antes de que llegara el resto.
La Senju juraría que apenas había pestañado, pero estaba allí, frente a la dichosa puerta que la alteraba. Impulsiva, tocó con sus nudillos a un ritmo feroz: fue necesario, si no lo hacía rápido, seguiría pensando y nunca lo haría. Los ojilila aparecieron casi al instante y su cabello se revolvió lentamente unos centímetros por el movimiento de la puerta al abrirse.
—Hola, Neji, feliz casi cumpleaños. Sé que esto es raro porque... bueno... pero quiero disculparme —dijo tímida tan pronto lo vio. El chico la dejó pasar, pero rápidamente se acercó TenTen, que ya estaba en la casa y se la llevó a rastras a la cocina.
—¡Nyoko! ¡Qué bueno que viniste! Ven, necesito que me ayudes a llevar la comida al patio —le explicó en el trayecto.
—Ah, sí, bueno. También traje un budín.
Nyoko no sabía si era un alivio o una molestia. Tal vez no era el momento correcto, pero tampoco quería dejarlo pasar porque se arrepentiría y daría la vuelta. Suspiró y fue a buscar un cuchillo y plato para cortar su budín. Lo llevó en una mano, mientras que con otra llevaba otra platillo y se encaminó hacia el jardín. En una esquina había una mesa extensa, decorada elegantemente, bajo un techo de foquitos de luces.
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Unexpected; Neji Hyuga
FanfictionTanto Nyoko como Neji fueron descritos toda su vida como "personas calmadas". Sin embargo, dicha etiqueta desvalidó sus sentimientos porque difería de la realidad y, en el momento en que se dieron cuenta que coincidían en ello, se permitieron ser el...