La noche continuó con su curso: ya habían obligado a Neji a pararse en frente de pastel y que soplara la vela tras haber escuchado el tan incómodo canto del feliz cumpleaños. También, habían comido parte de la mesa dulce, pero el sueño se fue haciendo notar entre los invitados así que fue cuestión de tiempo para que comenzaran a movilizarse para irse de regreso a sus casas. Neji estaba despidiendo como era debido a cada persona y le agradecía su presencia allí, hasta que fue el turno de despedir a Nyoko.
—Ahm, gracias por venir. Aún tenemos una charla pendiente. Ve mañana al lugar de siempre, a la misma hora.
— Ah, sí, bueno. Espero que la hayas pasado bien, descansa —la rubia se animó a darle un beso en la mejilla y rápidamente salió volando con el fin de que no viera su vergüenza.
—Joder, tienes suerte, rapunzel. Tú conseguiste un beso y yo casi me quedo sin mandíbula. En fin, nos vemos. Grandiosa fiesta —dijo de repente Kankuro, quien había visto la escena.
—Sí, gracias y gracias por venir —se limitó a responder, sorprendido: seguía aturdido por la acción de Nyoko.
El Hyuga se dio cuenta, entonces, que no solo quería que Nyoko le demostrara que era importante en su vida, sino también que confiara en él para lo que sea: quería ser su lugar seguro, la razón de su brillo en los ojos, quien la hiciera sonreír y mejorar. Neji Hyuga se había enamorado pero recién ahora se daba cuenta.
En la casa ya no había nadie más, así que fue hasta la zona de regalos. Aún no los había abierto y no abriría todos: las palabras de Kankuro resonaron en su mente y necesitaba saber qué era lo que la ojiverdes le había obsequiado. Reconoció su caligrafía en un papel pegado a una pequeña cajita.
"Odio no tener la razón. Eres un genio, Neji, discúlpame y feliz cumpleaños. No sé qué pasará de ahora en adelante, pero nuestros recuerdos significan mucho para mí. Nunca pienses lo contrario. Sin importar lo que pase, seguirás siendo muy importante en mi vida"
Sonrió al leer la notita y pronto se apresuró a abrir la cajita: dentro de ella apareció una cadenita con una piedra lila, una amatista. En un segundo apareció en su mente aquel momento donde se abrieron por primera vez.
"—Bueno... pareces alguien analítico así que puedes aportar a las misiones y dar buenos consejos, trabajas duro así que te ves como alguien confiable y alguien a quien acudir siempre, tienes un aura que calma a las personas... creo que hasta serías capaz de sacrificarte con alguien aunque tu lado racional lo niegue. Eres como una amatista.
—¿Una amatista?
—Sí, es una piedra violeta. Tus ojos me recuerdan a ellas, aunque tus ojos no son precisamente violetas, hay amatistas muy claras que parecen lila y tus ojos parecen una mezcla de lila y blanco. Las amatistas son conocidas por transmitir calma, paz y protección. Es considerada curativa y meditativa, transmite calma en los momentos más difíciles."
Ese día se lamentaba por haberla tratado mal al principio, y este día se lamentaba por haber sido tan testarudo. Se sintió ingenuo por dudar del afecto y cercanía de Nyoko cuando siempre ella había sido honesta, por más que le costara compartir sus pensamientos. Tal vez era hora de que él fuera honesto consigo mismo y dejara de poner sus responsabilidades e intereses por encima de sus seres queridos.
En cuanto se viera el atardecer podría aclarar todo.
Además, por primera vez no tuvo razón. De hecho, ninguno la tuvo.
(...)
ESTÁS LEYENDO
Unexpected; Neji Hyuga
FanfictionTanto Nyoko como Neji fueron descritos toda su vida como "personas calmadas". Sin embargo, dicha etiqueta desvalidó sus sentimientos porque difería de la realidad y, en el momento en que se dieron cuenta que coincidían en ello, se permitieron ser el...