Tanto Nyoko como Neji fueron descritos toda su vida como "personas calmadas". Sin embargo, dicha etiqueta desvalidó sus sentimientos porque difería de la realidad y, en el momento en que se dieron cuenta que coincidían en ello, se permitieron ser el...
Dos días más pasaron. Tal como había hecho hasta la fecha, en cada descanso se sentaba al lado de su pareja y le agarraba la mano, para luego hablarle de cualquier nimiedad que se le cruzara por la cabeza.
—Cada vez me salen mejor las grullas. ¿Vas a dejar que la alumna supere al maestro? Bueno, por más que mejore, las tuyas van a ser más lindas porque las hiciste tú. Me gustaría que las vieras y si despiertas te diré si mis deseos se cumplieron. Lo prometo.
Otro día más pasó volando. La mesada tenía cinco grullas lilas y cinco verdes. Nyoko hacía lo habitual, cambiar las vendas de Neji y revisar sus heridas, sus signos vitales, entre otras cosas. Sorpresivamente, el chico comenzó a moverse levemente y abrió los ojos. La rubia sintió un profundo alivio y quería abalanzarse, besarlo, abrazarlo, golpearlo, todo lo que estuviera a su alcance para hacerle saber todo lo que sufrió, pero tenía que comprobar su condición primero.
—¡Neji! ¡Neji! ¿Cómo te sientes? —escupió las palabras emocionada.
—He estado mejor —dijo para luego intentar sentarse, pero soltó un quejido y puso su mano en el estómago.
—No, no, no, quieto —lo regañó —. Despacio —ordenó y lo ayudó a acomodarse sin que se abrieran las heridas. De un momento a otro, el chico estiró sus brazos e ignorando el dolor abrazó a Nyoko, quien correspondió enseguida.
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—Te ves fatal, pero sigues estando linda.
—Yo debería decir eso. Dime, en serio, ¿cómo te sientes?
—Estoy bien, ya te lo dije. Solo estoy algo... impactado.
—Cuéntame si quieres —ofreció antes de golpearle la frente con dos dedos. Acto seguido, le acarició el cabello (que seguía suelto). Se sentó al borde de la camilla y Neji mantuvo el abrazo, pero recostándose sobre su hombro.
—Es complicado, son muchas cosas. Además primero tengo que hablar con mi tío. Quiero solucionar ese tema.
—¿Qué vas a hacer?
Él había escuchado cada palabra que le había dicho Nyoko y el resto de sus visitantes. El haber estado en coma lo hizo reflexionar sobre muchas cosas. Por más que valorara las tradiciones, quería ser feliz y si eso significaba romperlas, por primera vez en la vida sería egoísta y seguiría sus verdaderas intenciones.
—Sabes que valoro mucho las tradiciones y reglas, pero al estar al borde de la muerte me di cuenta de lo corta y rápida que es la vida. No me importa las consecuencias de mis actos, quiero ser libre, así que si tengo que renunciar a mi clan, lo haré.
—Pero estarías dejando a toda tu familia. Luchaste mucho por dejar el odio de lado y llevarte bien con ellos, no los puedes dejar como si nada. Además, ¿qué hay de tu propósito de protegerlos? Si tú eres feliz, yo también lo seré. No abandones lo que tienes.
—No decidas por mí. Las únicas personas que me importan de verdad son Hanabi, Hinata y Hiashi, ellas dos sé que estarán para mí sin importar lo que pase. Hiashi es otro tema, pero en fin. Hay muchas cosas que me desagradan del clan y nunca dije nada, ahora tengo un buen motivo para cambiar mi destino y estoy dispuesto a luchar por dicho cambio.
—No sé, no creo que sea lo correcto. Piénsalo bien. ¿Y qué va a pasar con la marca? Si te la vuelven a poner, te podrían obligar a obedecerlos y todo va a ser peor.
—Confía en mí, ¿sí? Es lo único que necesito.
—Está bien —cedió —, sé que no vas a cambiar de opinión, pero ten cuidado y piénsalo bien —le besó la mejilla.
—Y tengo una pregunta que hacerte.
—¿Qué?
—¿Por qué apareció un títere en frente mío?
—Ah, eso, jaja —reconoció nerviosa —. Un poco antes de que comenzara la guerra, Kankuro me mandó un mensaje preguntando si había alguien que quisiera proteger. Hizo un títere y me explicó cómo ponerle una parte de mi chakra para que obedeciera mi voluntad. El títere iba a actuar solo si estabas en peligro de muerte. Es un ninjutsu que él desarrolló en secreto.
—Ya veo, gracias —agradeció sinceramente —. Si no fuera por eso, no seguiría aquí.
—No es nada, no iba a dejarte ir tan fácilmente cuando entraste tan profundamente en mi corazón.
—Admítelo, no podrías vivir sin mí —se burló.
—Podría —confesó —, pero no me gustaría. Tú le das más diversión y alegría a mi vida.
—¿Ves que lo quiere, papá? —se escuchó una voz aniñada. Neji y Nyoko se separaron y miraron hacia aquella dirección. Los tres Hyuga de la rama principal estaban observando la escena. El señor Hiashi se acercó a la camilla.
—Neji, tenemos que hablar.
Nyoko miró a Neji y tras un asentimiento de su parte, los dejó solos. Se fue junto a Hinata y Hanabi, quienes le comentaron que el plan era que él la vea hablarle a Neji como siempre, para que fuera testigo del amor que se tenían, con la esperanza de ablandar su corazón. Se alejaron bastante, mientras compartían su preocupación sobre lo que pudiera ocurrir entre ellos.
—A mí también me gustaría hablarle sobre algo.
—Me hago una idea, pero déjame hablar primero. Eres por lejos el mejor Hyuga que ha aparecido en años, de verdad me apena todo lo que has tenido que pasar y que hayas elegido un camino distinto. Mi intención era casarte con Hinata y conseguirte un buen puesto en el clan, lo tienes bien merecido, pero ya no podrá ser. Comprenderás que si decides seguir tu voluntad, dejarás de ser recibido.
—Lo sé y le agradezco todo lo que ha hecho por mí. Aunque ya no sea parte del clan, seguiré protegiendo a mis primas —afirmó y Hiashi le volvió a poner la marca.
—Me gustaría que las cosas fueran de otra forma, pero tu padre estaría orgulloso de verte elegir tu propio camino. Intentaré que los del clan no se enfaden y te dejen en paz, considéralo mi disculpa por todo lo que te he hecho pasar y por volver a ponerte la marca. Hay reglas que no pueden ser rotas.
—Lo entiendo, gracias.
—Asegúrate de ser feliz y hacer que todo este sacrificio valga la pena. Después de todo, esa chica parece la indicada. No cualquiera estaría dispuesto a sacrificar su bienestar para que conserves lo que tienes. Ambos parecen congeniar bien y los dos harían cualquier cosa por el otro... Espero que tu recuperación sea rápida.
Hiashi por dentro sentía un gran cariño hacia Neji. Por más que se esforzara en mantenerse neutral y actuar objetivamente, se sentía extraño al dejar ir a alguien tan importante y habilidoso. El chico era una calma reconfortante en todos lados y le haría un poco de falta aunque no lo quisiera admitir. No tenía intenciones de dejarlo libre, pero se lo había ganado. Era hora de que abriera la jaula para que volara sin presiones, tal como Neji siempre había fantaseado en las penumbras de su alcoba.