After ending

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Aun cuando todos los obstáculos más duros fueron superados con gracia y esfuerzo, nada en la vida puede resultar tan fácil. A veces la capacidad de amar no basta para evitar las peleas, pero sí para superarlas luego de que todo lo malo ya fue dicho. A su vez, es posible que los planes imaginados por uno jamás lleguen a concretarse y eso está bien, porque el futuro se construye día a día con las elecciones y preferencias, con lo que uno dice y hace, con lo que uno escucha y con lo que se nutre.

Los chicos no eran más que unos adolescentes entrando a la adultez cuando todo ocurrió. Las emociones se vivían al límite, cada una de ellas y sin excepción. Por más que la edad no fuera más que un número, en una pequeña parte sí se evidenciaba y los condicionaba: en la madurez de actuar o pensar.

Sasuke pidió perdón y una oportunidad como si hubiera estado preparado para lo que requería, solo para darse cuenta de que no estaba preparado en su interior para permitir cualquier clase de cercanía. Neji aceptó su nueva condición con la cabeza y la esperanza de que el amor bastara para tolerar los cambios, pero con el tiempo echó de menos su rutina y las pequeñas interacciones con su gente. Nyoko se esforzó en ver el presente y futuro con buenos ojos tras aceptar el dolor del pasado y, sin embargo, recordaba las injusticias y lloraba, y tenía miedo de repetir la historia.

Kakashi meses atrás le concedió a Nyoko el deseo de construir su propia casa cerca de la entrada de la finca que perteneció a los Uchiha. No dentro porque no toleraría esa sensación de vacío, pero sí cerca para recordar que había gente viva y lograrían que sobreviviera, que su imagen se transformara para bien. Durante semanas trabajó arduamente junto con su hermano, Neji y sus amigos, quienes decidieron darles una mano. Fueron momentos preciosos y le hizo creer que por fin todo se acomodaba.

Nyoko decidió también ese lugar para ayudar a Sasuke a superar de una vez por todas su pasado. Que se mudaran ambos allí simbolizaba un nuevo comienzo. Sin embargo, este huyó y le dijo que no estaba listo para nada de eso, que mejor no contara con él viviendo allí nunca. Lloró ese día por el rechazo. Neji la sostuvo y la consoló hasta que se calmó y, a pesar de que ya poseía su propia vivienda individual, le propuso probar suerte conviviendo ambos en una misma casa.

Remodelaron toda la casa, esta vez bajo el gusto de ambos. Nyoko tuvo la idea de decorar las ventanas colocando hilos que colgaran sobre ellas que tuvieran grullas lilas y verdes. Entonces, cuando las cortinas eran abiertas y atadas a los costados, se veía el exterior (o el interior) con las avecillas de papel. Las grullas no eran nuevas, eran las que hicieron juntos el día en que aprendieron y las que hizo ella a la espera de que Neji despertara.

Cada paso que tomaron fue, por lo menos, inesperado. Desde el principio fue así: una sucesión de eventos que los unió, los separó, los volvió a unir y siempre traían consigo nuevas enseñanzas, nuevos dolores y mayor fortaleza para la siguiente emboscada. Nunca estuvo previsto que tuvieran una relación debido a las viejas heridas, tampoco que vivieran juntos a tan poco tiempo de haber oficializado y, sin embargo, la vida parecía decirles que no pensaran en lo que creían no poder hacer por tal y tal motivo, sino que lo hicieran. Si la intención estaba, el problema se trataría en el momento.

Neji consiguió trabajo como entrenador para las siguientes generaciones de ninja. Descubrió que era hábil a la hora de tratar con niños. No solo su paciencia ayudaba, sino que genuinamente le agradaba rodearse de la energía de ellos. Cada día que les enseñaba, sentía que aprendía cómo relajarse, cómo acercarse a su versión pequeña para hacer las pases y poder seguir adelante. Por otra parte, Nyoko asumió un cargo importante para un hospital: como todo personal de la salud, pasaba más horas de la cuenta allí. Sin embargo, como tenía un convenio con la escuela donde Neji enseñaba, si uno de sus niños se hería, ella lo trataba y lograban verse unos minutos más.

Unexpected; Neji HyugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora