˗ˏˋ 𝗦𝗖 ▎❝Angie 'Gigi' Beckham y Louis Partridge son conocidos por siempre discutir entre ambos, las cosas se ponen increíbles cuando Louis decide no pasar
las vacaciones de verano con su familia,
sino en un campamento de verano, uno al
que Gi...
LAS SEMANAS HABÍAN PASADO CON RAPIDEZ, DICIEMBRE HABÍA LLEGADO. Era el cumpleaños número dieciséis de Gigi, se levantó emocionada, era Sábado, lo que significaba que posiblemente iba a pasar todo el día junto con su novio y sus mejores amigos. Las cosas con Louis iban de maravilla, no se hubiera imaginado que Louis Partridge fuera tan tierno siendo novio como él lo era con ella, era lo mejor. Hizo su rutina de la mañana, el reloj recién marcaba las ocho de la mañana, así que tenía todo el día para hacer cualquier cosa. Se puso un hoodie rosado de magas largas pegado al cuerpo, una falda de jeans y sus sandalias, dejó su cabello suelto, se maquillo y tomó su celular.
No tenía ningún mensaje, salió de su habitación, no había ruido, como siempre Andre entraba llevándole el desayuno y lanzándose encima de ella, pero le había sorprendido que hasta ahora, eso no había pasado.
Bajó las escaleras, el silencio que había en la casa era tremendo, y sus ánimos bajaron cuando notó que no había nadie en casa.
Abbie había dejado una nota en la barra de la cocina con un "salimos, volvemos más tarde" y ya. Más nada.
No había rastro de nada.
Ni un feliz cumpleaños a secas.
Se habían olvidado.
¿En serio se habían olvidado de su cumpleaños?
Tomó su desayuno, al menos era su favorito, panqueques con crema batida y chocolate y una malteada de la misma.
Desayuno viendo caricaturas en el televisor, se quedó ahí, el timbre de la casa sonó.
Sonrió, la posibilidad de que fuera Sadie la alegró, sin embargo, al abrir la puerta, no había nadie ahí. No había notado que había una cesta en el suelo, pero cruzó hasta la casa de los Partridge, tocó el timbre, nada.
—Deja de reírte que nos va a escuchar, idiota —Will le metió un pellizco a Louis, que dio un salto, dándole un golpe.
—¡No me tenías que pellizcar así!
—¡Pero si no te callas!
—¡Callense ya! —Sadie golpeó a ambos, haciéndolos quejar.
Estaban tras los arbustos de la casa de Gigi. Gigi cruzó hasta su casa, tropezando con la cesta que sus amigos —aunque ella no sabía— habían dejado ahí con anterioridad, frunció el ceño. Era una cesta grande, cuando la abrió, sólo había una nota en un papelito rosado.
