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──¿Por qué el mundo me odia tanto, Takemichi? Los perdí a todos en cuestión de segundos y no pude hacer nada para salvarlos, así que te lo ruego ...
... Déjame ir, solo así podré ser feliz.
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─vas a ponerte una polera por lo menos?─pregunté mientras observaba su marcado abdomen desnudo─
─ah, cierto me olvidé─contestó con una risa apenada acercándose hacia el enorme armario, abriéndolo y rebuscando en aquel armario alguna polera─
─hasta mientras supongo que iré abajo, te espero entonces─me acerqué y deposite un pequeño beso en su mejilla y salí de la habitación─
Bajé las escaleras a paso lento, no tardó demasiado en que el olor a comida recurriera mis fosas nasales.
─buenos días~─dije alargando la a, allí se encontraba el abuelo sano quien me miraba con una sonrisa─
─buenos días pequeña Maya, has crecido demasiado desde la última vez que te ví, ahora eres toda una mujer─dijo el anciando con una sonrisa nostálgica, yo se la devolví, hay veces en que desearía regresar a aquellos tiempos en los que todos estábamos juntos, pero lastimosamente no puede ocurrir aquel deseo que tanto anhelaba, día. . Y noche─
─Bueno días abuelo, usted también ha cambiado un poco─dije sentándome en una silla que se encontraba a lado del anciano, el solo río un poco mientras seguía tomando su café y leía aquel periódico que se encontraba en sus manos─
─¡oh! Buenos días Maya-Chan─dijo Emma saliendo de la cocina, tenía un mandil rosado color pastel y en sus mano 2 platos con huevos revueltos─ ¿Mikey aún no se ha levantado?─preguntó dejando los 2 platos en la mesa, supongo que uno era de Mikey y otro mío ya que uno lo dejó en frente de mi y el otro en un lugar que estaba desocupado─
─si─contesté mientras me estiraba un poco─solo que se estaba cambiando, ya debe de estar viniendo justo ahora.
─oh está bien─dijo sentándose en frente mío mientras me observaba con una sonrisa─
─tú no vas a comer Emma-chan?─pregunté llevando un bocado de comida a mi boca, ella negó suavemente con una sonrisa─
─yo ya comí antes que ustedes se levantaran Maya-Chan, no te preocupes.─ en ese momento un rubio con cabellera larga apareció en frente de nosotros, tenía una polera blanca y los pantalones del uniforme de la Toman─
