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──¿Por qué el mundo me odia tanto, Takemichi? Los perdí a todos en cuestión de segundos y no pude hacer nada para salvarlos, así que te lo ruego ...
... Déjame ir, solo así podré ser feliz.
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31 de octubre del 2005 ──día de la pelea. ──7:38am.
Narrador omnisciente:
─que frío hace, nunca pensé que llegaría a hacer un frío tan. . Joder.─se quejaba aquella rubia frotándose las manos en sus brazos buscando algo de calor─lo peor de todo es que Mikey no sabe que ando por acá.─murmuró para si misma.
Amaya había salido a comprar algunos adornos para Navidad por orden de su hermano ya que las decoraciones se quedaron en Estados Unidos y no se podía hacer nada.
Lo más lamentable era el porqué debería de hacerlo justo hoy, cuando se podía hacer en algun día de la semana de noviembre, pero Garu solo le dijo un.
──“no puedes dejar para mañana lo que puedes hacer hoy”.
Ella aveces odiaba a su querido hermanito mayor, hay veces en que suele ser muy irritable y enojon.
Después de todo que se podía hacer si era Aries.
─Hey─unos brazos rodearon el cuello de Amaya en un abrazo, la rubia dió un pequeño brinco del susto y el causante de esos brazos simplemente soltó una risa divertida por su pequeño susto.
─así que hablas sola─habló aquella persona detrás de ella, la rubia se calmó un poco al escuchar de quien se trataba.
─en unos de estos días me vas a matar, Rindo.─dio media vuelta para contemplar a él chico de cabellos rubios con mechones celestes, a diferencia de ella Rindo estaba muy bien abrigado.
─lo siento Dolly─se burló de nuevo el chico.
─ya te dije que no me llames así─reprochó.
─pero si no te va nada mal, en serio pareces una muñeca─dijo guiñandole un ojo.
─¿me estás coqueteando acaso? Si es así, te digo que no está funcionando.─la rubia sonrió con algo de superioridad, rindo la miró algo indignada mientras cerraba los ojos girando su cabeza hacia otro lado.
Pronto un viento frío pasó por aquellos dos logrando que el cabello de ambos rubios se moviera un poco, inmediatamente Amaya se aferró a el chico buscando calor, sus manos ya estaban heladas al igual que sus brazos y cara.
─¿ah?─exclamó rindo algo confundido al sentir como su amiga rubia se aferraba a él, dirigió su mirada hacia la rubia.
En un segundo su cara de confusión cambió a una de preocupación al verla temblar levemente, Rindo tocó su cara sintiendo que su piel esta estaba demasiado fría.
