Era Derek.
Estaba otra vez en Bell Harbor.
¡No, mejor aún, estaba aquí! ¡Venía a la fiesta de Melissa! Estaba moreno y espectacular con esa camisa blanca suelta y movida por la brisa. Era incluso más descaradamente guapo de lo que recordaba. ¿Cómo podía ser eso? El impulso de correr hacía él y cubrirlo de besos me superaba.
—Der. —Se me escapó su nombre. Él estaba demasiado lejos para oírlo, pero Jordan estaba a mi lado.
—¿Qué? —preguntó. Yo lo miré sobresaltada.
Un momento.
¿Qué?
«Oh, mierda. Mierda».
«¡Jordan!».
«¡Y Matt!».
«¡Y Derek! El verdadero Derek».
«¿Qué iba a hacer yo ahora?».
—Derek —dije otra vez, con la voz rota. Incliné la cabeza un milímetro, para avisar sin que Matt se diera cuenta.
Jordan y Scott lo captaron. Al ver lo que le señalaba, Scott reprimió un gritito y Jordan clavó los ojos en Derek, luego en Matt y en mí, y otra vez en Matt.
Isaac también percibió pánico en nuestro silencio y se volvió para mirar. Hizo un ruido con la lengua como el sonido que hacía Fatso cuando tenía mantequilla de cacahuete en la boca y se dirigió bruscamente a Matt para impedir que viera la playa.
—¿Tú quién quieres que gane el mundial de boxeo?
¡Gracias, Isaac! ¡Gracias! Hablarle de un deporte que idolatraba mantendría a Matt distraído. Pero solo un rato.
¿Qué iba a hacer yo? Derek estaba a pocos metros de distancia y se acercaba deprisa. No tenía escapatoria. Estaba condenado, destinado a ser descubierto. De repente entendí que un lobo era capaz de amputarse la pata a base de mordiscos para salir de una trampa.
Bueno, no, en realidad no, porque eso era muy raro. Pero al menos comprendía el punto de vista del lobo. Yo quería salir de esa trampa. Una trampa creada por mí, por orgullo y tozudez. Y, seguramente, estupidez.
¿Qué debía hacer? Iba a tener que decir la verdad, rápidamente, antes de que Derek lo oyera.
—Richard, tengo que decir...
Pero mis palabras fueron acalladas por el chillido de Scott.
—¡Cariño! —grito, abrió los brazos de par en par y corrió hacia Derek—. ¿Por qué has tardado tanto? Creía que ya no vendrías.
Derek se paró en seco y abrió los ojos como platos al ver a scott tirarsele encima como un cisne agresivo.
Fue como ver un choque decoches a cámara lenta. scott dioun salto en el aire y pegó de frentecontra Derek. Luego le pasó losbrazos alrededor de los hombros ylo besó, intensamente, en los labios.
Derek dio una zancada hacia atrás,tanto por la fuerza del ímpetu descott como por la sorpresa. Siel momento no hubiera sido tanbrutalmente doloroso para mí atantos niveles, habría sido la cosamás divertida que había visto en lavida.
—Pero ¿qué haces scott? —gritó Derek.Mi corazón dio un último ycompulsivo latido y volví a pensaren morderme mi propia pata.
—Ha sido una travesura por tuparte tenerme aquí esperando sinpareja, guapo —soltó una risitascott, y arrastró a un perplejoDerek fuera del alcance del grupo demirones—. Pero has tenido lasuerte de que hubiera gente conquien he podido hablar. ¿Ves? Ahíestá Stiles con su nuevo novio.
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Mi Segunda Primera Vez ||Sterek UA||
Teen FictionStiles Stilinski, perfecto esposo, padre y, es un experto en poner orden. Pero cuando el caos invade su hasta entonces vida «perfecta», confía en que unas vacaciones de verano en la casa del lago de su tía, le ayudarán a reorganizarse. Stiles quiere...