A más de cinco millas habían quedado las cabellerizas; e Irinushka, aprovechando el lugar al que habían llegado, se bajó de su caballo para dirigirse a la orilla de un lago.
Sobre de éste se reflejaba la circular, blanca y enorme luna.
— Es hermosa, ¿no te parece?
Montado en su corcel y mirando hacia los lados, Terry diría:
— Mejor vuelve a montar y vayámonos.
— ¿Por qué? — indagó la amazona habiéndose agachado para tocar las tibias aguas del lago.
Conforme las jugaba, ella inquiría:
— ¿Piensas que no es seguro?
— Está demasiado oscuro
— Ella... —, la que distorsionaron su reflejo, — nos ilumina lo suficiente. Además... se me está antojando nadar.
La pañoleta, que iba acorde con la vestimenta, de un delgado cuello, se comenzó a desatar.
— Entonces, vayamos a donde puedas hacerlo
— Ya está cerrada la alberca del club.
— No, pues si quieres, les pido que la abran por ti
A pesar del tono sarcástico, se respondía:
— Aunque no dudo que puedas...
— Irinushka, metiéndote ahí te arriesgas a que salga algún animal de campo. Así que... deja tus loqueras y sigamos cabalgando, ¿quieres?
— Está bien, aguafiestas — dijo la chica dirigiéndose a su montura.
No obstante, ya estando arriba y dispuestos a retomar su actividad, muy de cerca se escuchó un disparo.
Por supuesto, el estruendo espantó a muchos; y Terry, por procurar que su amiga no saliera lastimada, se descuidó; arrojándolo su équido con su reparo al césped y siendo pisado por las patas traseras del otro.
Voronov, también experta en caballos, pudo saltar antes de que su caballo emprendiera despavorido la carrera y alcanzara al otro, para ver a su amigo, que aunque se quejaba del abdomen y de un dolor en el tobillo...
— ¡Tonta, ¿por qué lo dejaste ir?! — le gritó.
— ¡Para verte a ti, idiota! —, que se doblaba en el húmedo pasto. — ¿Dónde te duele? — ella preguntó.
¿Dónde? ¡Era obvio al estárselo sujetando! Sin embargo...
— Me duele más abajo.
Sin cuestionar nada más, la extranjera se dirigió a aquella parte, levantando el pantalón para revisarlo.
— No se ve — dijo ella; y para atinarle empezó a apretar diciendo Terry...
— ¡Ahí!
Y pese de haberlo indicado, la amazona, con delicadeza volvió a tocarlo.
— Fractura no se percibe. A ver el abdomen.
Terrence negó con la cabeza, viéndosele el esfuerzo que hacía por haberse quedado sin aire; quedándose precisamente en el césped hasta que fue sintiéndose mejor.
Confirmado y ayudado por Irinushka, él comenzó a incorporarse. Y en el momento de apoyarse, fue la rodilla la que se le dobló.
Empero, hizo un segundo intento y en ese...
— ¿Puedes caminar?
— Tal parece que sí.
Y la afirmación hizo que bromearan:
— ¡Oye! Estás hecho de roble, noble.
Para comprobarlo, Voronov le dio un golpe en el abdomen consiguiendo con ello:
— ¡Eres una...!
— Insúltame y dejo que te vayas caminando tú solo.
— Ah, sí. ¿Y cómo pretendes volver tú? ¿Volando, bruja?
— No estaría mal para poder llevarte pronto al hospital
— ¿Y qué demonios vamos a hacer allá?
— Terry, no pretenderás quedarte sin revisión, ¿verdad?
— Así me esté muriendo, ten pon seguro que en lo que me resta de vida, no más volveré a pisar un hospital
— ¿Ni porque en uno de esos... esté ella?
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HASTA HOY SUPE TI
FanfictionSaber de él, le causó una gran sorpresa; y mayúscula, de conocerlo solo y sin la responsable de su separación. * * * * * * * * * Historia primera vez escrita el día 11 de Septiembre de 2016. Historia compartida para mi audiencia del Fandom de Candy...