Aceptada la invitación ante un gesto que reflejaba ¡todo! y a la vez ¡nada!, en lo que Candy iba a su habitación para cambiarse de ropas, Albert se dirigió a la pieza de la tía abuela Elroy.
Decirle que saldrían no iba a ser posible; a no ser que primero le contestaran un largo interrogatorio. No obstante, la intención, aunque la tuviera, no fue necesaria.
Luego de habérsele dado acceso consiguientemente de anunciarse, Dorothy comunicó a su guapo patrón el estado en que su pariente estaba.
— Acabo de darle un té y ha empezado a hacerle sus efectos.
Sobre su cama, la anciana matriarca ya descansaba; y en sus ojos: una máscara de dormir.
— Bien. Entonces a ti te digo que Candy y yo saldremos
— Muy bien, señor Andrew.
A éste, después de desear sonrientemente 'buenas noches', lo vieron emprender la retirada nuevamente hacia su recámara, donde minutos más tarde...
— ¿Albert? Estoy lista— dijo Candy detrás de la puerta cerrada.
Para abrirla el ocupante de aquella alcoba se apresuró, viéndola al instante siguiente y de frente a una ventana.
Lo percibido, consiguió que el ceño masculino se frunciera; y con intriga se preguntara:
— Candy, ¿estás bien?
Para demostrarle que sí, ella se volvió al rubio sonriéndole divinamente y diciéndole:
— Por supuesto, Albert.
Éste seguía mirándola, pero ahora en la vereda que la rubia había tomado: hacia él, para pedirle:
— ¿Puedes venir conmigo al hospital?
— ¿Por qué? ¿Te sientes mal? ¿Te avisaron de alguna emergencia?
— No — dijo ella abrazándose confiadamente de él. — No es nada de eso.
— ¿Entonces?
Albert indagó en el mismo momento de corresponder al afecto. Tantos años de conocerla, que en su interior sabía que algo estaba pasando.
— Quiero...
La enfermera levantó el rostro para mirar los ojos azules de él:
— Visitar a Susana
— ¡¿Susana?!
La mención de aquella mujer consiguió que Albert tomara de los brazos a su interlocutora.
Sin sorprenderle la reacción de su tutor, ya que para ella también lo había sido, Candy asintió positivamente con la cabeza; lo que provocó más cuestiones...
— ¿Dónde la viste?
— Precisamente, en el hospital. Aunque ella y yo no pudimos cruzar palabras, sí lo hice con...
— ¿Terrence? — se preguntó de nuevo.
— Sí. Hoy... nació su... primogénito
— ¡¿Qué dices?!
— No haría mal yendo a visitarla, ¿cierto?
— Pequeña —, Albert la envolvió en sus brazos, — yo...
— Hace mucho que lo nuestro pasó.
— Yo lo sé — dijo él aferrándola contra su pecho. — Sin embargo...
La separó instantes después.
— Te aseguro que estoy bien. Sólo...
— No digas más.
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HASTA HOY SUPE TI
FanfictionSaber de él, le causó una gran sorpresa; y mayúscula, de conocerlo solo y sin la responsable de su separación. * * * * * * * * * Historia primera vez escrita el día 11 de Septiembre de 2016. Historia compartida para mi audiencia del Fandom de Candy...