XXVII - 27

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¿Habían oído correctamente o es que ya se habían quedado sordos perdidos del todo?

¡¿Eran capaces de expulsar a Minho sin siquiera decírselo formalmente?! O yo que sé, ¡¿Dar una advertencia?!

"Con todo el respeto profesor-" Habló Jisung, encontrándose en tal estado de atontamiento que no era capaz de procesar lo que acababan de decir "-¿A que se refiere con que han expulsado a Minho?"

El profesor soltó un suspiro molesto aún sin mostrar un ápice de compasión por las funestas noticias que le acompañaban. Frunció el ceño y re colocó sus gafas sobre su nariz para que estás estuvieran colocadas correctamente.

"Creo que hace unos meses el consejo escolar advirtió a Lee de que esto pasaría. Con sus terribles notas, la falta de entrega de deberes y trabajos, su actitud pasiva en clase y su falta de asistencia a estas nos hizo tomar medidas drásticas. Por eso se le comunicó que si faltaba tres días a clase en lo que quedaba de año sería expulsado del centro sin ninguna discusión posible." Su tono de voz severo no se vio afectado por las caras de sorpresa de los jóvenes.

Jisung apretó su agarre en la mano de Minho mientras dejaba de observar al profesor para mirarlo a él incrédulo. Simplemente le era imposible de creer que de la nada le estuvieran expulsando del instituto.

"¿Cuando has faltado, Minho?" Le preguntó en un hilo de voz, sin soltar su mano y mirando fijamente a sus ojos.

"Falté dos días cuando nos peleamos..." Se giró para mirar al profesor convencido de que eso eran dos días y no tres "¡Pero eso es todo! ¡No he faltado ningún otro día!"

"¿Está seguro de eso, Lee?" El profesor río con tono de desprecio, se estaba pasando un poco con su actitud pero al ser alumnos no podían quejarse al respecto. Al fin y al cabo todos los profesores odiaban a Minho por su actitud en sus clases "Porque ayer después del recreo se saltó tres clases seguidas."

Entonces Minho palideció.

No estaba pensando con claridad para nada. Su mente y su juicio se nublaron ante la imponente mirada de la realidad. En ningún momento se le había pasado por la cabeza que cuando se quedó con Jisung en la enfermería repercutiría en que le expulsaran del instituto.

"Te quedaste conmigo..." Susurró Jisung incrédulo, pues él tampoco había pensado en eso.

Ambos se miraron como si pudieran decir los millones de pensamientos que pasaban por su cabeza en aquel instante solo con perderse en los ojos ajenos. Minho estaba atemorizado, sus ojos tenían ese cierto brillo peculiar que relucía cuando se sentía perdido y asustado. Jisung por su parte estaba incrédulo. Ahora que todo por fin iba tan bien como el mismísimo paraíso entre ellos... No era justo. Simplemente no lo era.

Por no mencionar que todos sabemos el destino que le espera a Minho una vez llegue a casa de sus padres con las noticias de que le han expulsado del internado.

"¡Señor escúchenme un momento!" Pidió Jisung mientras sus ojos imponían una súplica mirando al profesor.

"No, Han. Me da igual lo que tenga que decir al respecto. Usted es de mis mejores alumnos, no deberá dejar que Lee le influenciara."

"¡Me da igual lo que piense de Minho, de mí o de quién sea! ¡No pueden expulsarlo, Minho estaba conmigo ayer cuidándome en la enfermería! ¡Es injusto y no pueden-"

"Podemos hacer lo que nos dé la gana porque por algo, los profesores somos quiénes dirigimos esta escuela." Su mirada fría mientras interrumpía a Jisung era tan cruel como aparear a una flor naciente en medio de un campo desiértico "Han entra en clase, no voy a repetirtelo. Lee lárguese a recoger sus cosas." Ordenó severo.

ʙᴀᴅ ᴀɴɢᴇʟ (ᴍɪɴꜱᴜɴɢ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora