XXIV - 24

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"Apaga ese aparato del demonio..." Gruñó cierto azabache arisco cuyo humor no era precisamente el mejor del mundo por las mañanas. A la vez que decía esto, se movió para dar la vuelta sobre si mismo en el colchón para así poder encontrarse al lado contrario de donde provenía el ruido.

Jisung por su parte, consiguió sacar un brazo de las sábanas en las que estaba enterrado hasta la cabeza para apagar su despertador, el cuál como era costumbre sonaba antes que la alarma con la que se despertaban el resto de estudiantes.

Ahora la pregunta del millón la cuál todos los que lean esto se estarán haciendo estos momentos es, '¿Como se encuentra la relación de estos dos?' ¿Estarán durmiendo juntos abrazaditos apastelosados tan adorablemente que dan ganas de vomitar? ¿O por el contrario se encuentra cada uno en su propia cama durmiendo sin la compañía de ningún otro individuo?

Podría ser realmente malvada ahora mismo y no contároslo, pero mira estoy de buen humor, hoy he encontrado un conjunto negro monísimo, obviamente si no era negro no soy yo, y estoy de buen humor, así que os contaré que ha pasado aquí.

Habían pasado ya unos días desde aquel día en el que Jisung tuvo su terrible ataque de ansiedad del cuál Minho afortunadamente fue capaz de ayudarle a salir. Bajo la promesa de volver a estar como antes tiraremos una moneda al cielo la cuál dictará y sellará el destino de ambos chicos.

O mejor me dejo de tanta fantasía y os digo que estaban abrazados hasta que ha sonado la alarma y Minho se ha dado la vuelta por el ruidazo insoportable.

Después de apagar el despertador, Jisung se dió la vuelta en la cama, imitando al contrario, para luego usar sus brazos como impulso para quedar un poco elevado en la cama y poder ponerse encima de Minho sin subirse encima suyo del todo, solamente colocando sus rostros lo suficientemente cerca para que el corazón de ambos se acelerase un poco.

"No seas gruñón, gatito." Habló Jisung mientras se quedaba embobado perdiéndose en los orbes oscuros ajenos.

Minho no pudo contener una sonrisita tonta y giró su rostro para poder devolverle la mirada a Jisung, ya que esto era infinitas veces mejor que quedarse mirando la pared sin un objetivo fijo.

"¿O qué?" Contraatacó Minho con una de sus sonrisas pícaras características y haciendo que su tono de voz se volviera más juguetón.

"O nada porque llegaremos tarde a clase." Negó Jisung sabiendo perfectamente a que se refería el mayor.

Antes de poder reaccionar, Minho los volteó a ambos y se subió encima del menor, acorralando a este contra la cama y inmovilizado sus manos en el proceso mediante tomar sus muñecas. Y sin tiempo de que Jisung emitiera o siquiera pudiese pensar una queja, el mayor comenzó a besar sus labios lentamente, saboreándolos y deleitándose con la cadena de sensaciones que eso producía en su interior.

Se besaron lentamente sin separarse no un milímetro por unos segundos, hasta que a Minho le pareció suficiente y se separó de Jisung mientras soltaba sus muñecas. Lo que no esperaba es que este, al verse libre de ataduras, le rodeada el cuello con ambos brazos y volviera a atraerle de bueno a otro beso, este volviéndose más apasionado que el anterior.

Abrió la boca para dejar que la lengua ajena se adentra en esta y se enredase con la suya propia sin problema alguno. Ambas lenguas bailaban sobre la boca del menor, enredándose entre ellas mientras el azabache dejaba leves mordidas y tirones sobre el labio inferior de Jisung, erizándole todos y cada uno de los rincones de su cuerpo en el proceso. El castaño no pudo evitar soltar un jadeo cuando Lee coló sus manos por dentro de su sudadera y las enredó en su cintura tratando de ser delicado.

Cuando se separaron del beso sin soltar su agarre en el cuerpo opuesto, Minho aprovechó la posición en la que se encontraban para dejar un rastro de besitos por las mejillas y el cuello del menor, el cual se dedicaba a sonreír bobamente por las caricias que le provocaban cosquillas, y por la felicidad que le brindaba estar así con la persona a la cuál quería, sobre todo después de todo lo que habían tenido que pasar.

ʙᴀᴅ ᴀɴɢᴇʟ (ᴍɪɴꜱᴜɴɢ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora