💌Del baúl de los recuerdos💌

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27 de Febrero 1942
Tren rumbo a Salzburgo,
Austria.

Mi entrañable alma gemela:

Es raro escribir cuando tengo presente que no enviaré esta carta a ninguna dirección. Desconozco tu paradero exacto, y no sé lo que tarde en encontrarte. Pero deseo escribirte pese a las circunstancias porque intuyo que estés ansiosa por saber cada aspecto vivido por tu futuro esposo en la búsqueda para verte. Escribiré en cada ocasión que tenga oportunidad mi Sunset, guardaré las cartas y después que estemos juntos te las leeré con cariño, reafirmando entonces en cada letra las ganas que me consumían por sentirte cuando las redacté.

Porque las ganas me consumen...

Cerrar los ojos y prenderme de la imagen de tus rizos dorados, más valiosos que el oro, más brillantes que el sol, me renuevan las energías. Perfilar al aire tus labios sabor miel, tu perfecta nariz con mis dedos es un pasatiempo del que nunca podré cansarme. Retornando ahora a ese tiempo de antaño cuando aprendí lo que significaba 'Romance'. Cuando conocí tus virtudes, y de a poco, fui enamorándome hasta de tus defectos.

¿Quién tolera que una mujer se encapriche con las piruletas en plena calle?

Yo daría mi bolsillo por comprártelas todas.

¿Quién disfruta que una persona desate un berrinche por pasear a caballo?

Yo asaltaría todos los establos de Yugoslavia a fin de cumplir tus exigencias.

Haría cada locura, correría hasta el borde del mundo con tal de ni borrar nunca esa sonrisa reluciente que tienes. Yo te amo Karolina, y prometo amarte hasta el final de nuestro camino en la tierra. Porque eres ese sueño inalcanzable que nunca pedí tener pero me fue regalado por bondad inmerecida.

Eres la luz que me alumbra en los días más oscuros.

Eres el pegamento que une mis piezas cuando rompo en quebranto.

Eres mi vida y la longitud de mis días.

Por ti me he levantado en esos momentos que me fallaron las fuerzas. Me he aferrado a la promesa de mantenerme vivo para ti, y no he soltado la cuerda de la esperanza. He sufrido la pérdida de todo lo que he poseído, mas aquí estoy victorioso, acudiendo a tu encuentro.

Me espera sin duda un largo viaje y tres trenes hasta Polonia. Pero lo haré pensando que tu dulce voz me susurra al oído cuando llegue el ocaso. De noche las estrechas me acompañarán, y los amaneceres tendrán el vestigio de tu esplendor.

Sé que puedes desaparecer el tormento de la muerte de mi tía, de Alejandro... De todos los que he visto caer. Tendrán un eterno lugar en mi corazón, pero ese peso sofocante será desplazado por la alegría de nuevas vidas que traeremos al mundo. Sí, un poco pronto para hablar de nuestros hijos pero he esperado tanto que ya no quiero guardarme nada. Quiero tener cinco hijos: tres varones y dos niñas. Heredarán de su madre la belleza e inteligencia, y por mi parte espero enseñarles el valor y sacrificio.
Oh mi querida y pronta esposa, será tan grato ver tu vientre crecer y cantarle a nuestros hijos. Espero con esto, que conozcan a su padre aún sin haber venido al mundo.

Muchos sueños y muchos años para recuperar el tiempo perdido. También te lo prometo.

Finalmente exquisito retoño de primavera, mi flor más deleitable, me despido sabiendo que pronto te entregaré personalmente esta carta.

Siempre tuyo
Dušan.

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