♦️Capítulo 13♦️ Una parada más larga de lo previsto.

42 28 23
                                    

Tal vez fue la avalancha de 'Porqués' que dieron paso al sueño ligero esa noche. Tal vez era la conmoción por estar varado en Viena en crudo invierno. El caso fue que mi cerebro no evitó que escuchara los estruendos que salían de la habitación de Aurora.

Plena madrugada, alrededor de las cuatro, y sentía cosas cayendo, como cuando alguien toma lo primero que ve para salir corriendo. Era tanto el estado de ansiedad que me proporcionaba la interrogante sobre lo que ocurría que me abrigué nuevamente para llegar a su puerta. Toqué en vano pues cuando no era un jarrón perdiendo la figura, era una lámpara cayendo al piso. Toqué más fuerte y se hizo un silencio sepulcral.

—Aurora —llamé sigiloso.

Escuché un suspiro tras la puerta que a los segundos fue abierta. La cantante estaba completamente vestida para salir fuera, con la habitación convertida en caos y las maletas listas.

—Pero qué...

Me tiró del brazo hacia adentro y sus ojos de loca terminaron de desconcertarme.

—Escúchame Ivo, sé que puedo confiar en ti así que dejaré los formalismo.

Su voz era nerviosa y le temblaba el labio inferior con cada palabra. No pude distinguir el palpitar de su pecho producto a la indumentaria de invierno pero juraría que estaba acelerado.

—Puedes confiar en...

—Me persiguen —me cortó—, me persiguen por una carta muy importante que debo entregar y vienen por mí.

—¿Quiénes...? ¿Cómo sabes qué justo ahora...? ¿Una carta...?

Me había dejado de piedra y no podía coordinar una respuesta lógica. Necesitaba que ella me contestara. Pero en vista que mis dudas fueron ignoradas para seguir buscando la dichosa carta, me sumé a la tarea para bajar la presión que había enloquecido a Aurora.

—Tiene que estar aquí en alguna parte —declaró, llevándose las manos a la cabeza y halando sus cabellos.

—Tranquila —intenté—, trata de calmarte para que puedas recordar dónde la escondiste.

—¡No lo entiendes! —chilló—. Yo no la escondí. Alguién más la guardó en esta habitación para cuando yo llegara.

—Y deduzco que los que te persiguen no pueden encontrar la carta.

—¡Sería desastroso! Hay vidas en juego Ivo ¡Millones de vidas! Esa carta es la clave para detener esta guerra.

Un halo de esperanza me golpeó el esternón. Detener la guerra... Yo haría cualquier cosa para detener esta maldita guerra de una vez. Así que sin pensarlo dos veces me hice cómplice.

—Aurora eres... ¿eres una espía?

—Soy una mediadora, Ivo. Sé que eres un hombre de buen corazón y deseas tanto como yo parar esta masacre. Esa carta debe ser entregada a tiempo al gobernador de Gibraltar. Es la única forma de mostrarle nuestra colaboración a los Aliados.

—¿Gibraltar? Es un territorios de ultramar británico. Pero los Aliados están liderando las batallas en África, dudo que nos presten atención ahora.

—Eso no es importante discutirlo, Ivo ¡Necesitamos encontrar la carta y salir de aquí! —apremió sin dejar de rebuscar en el reguero—. Prometo que te contaré todo pero ahora, por favor, ayúdame a encontrar la carta.

Seguí en la búsqueda en los cajones tirados en el suelo, bajo el colchón, en cada esquina de madera... Era imposible, como buscar una aguja en un pajar. Hasta que mirando inconscientemente un cuadro de las hermosas calles de Viena, noté que el mismo estaba un poco inclinado. Fui directo a voltearlo y allí estaba precintado el sobre blanco.

NADA ESTÁ DESTINADO©️✔NO.1 WINNER // #TTW2021 #awardsadam2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora