Marca.

La locura del Lobo.

Después de marcar algunas veces Wang Yibo decidió darse por vencido, había efectuado alrededor de 25 llamadas y ninguna habían sido contestada, aunque antes no sabía que decir o como encarar la situación ahora era diferente, sentía que quería y decir tantas cosas pero la persona al otro lado parecía no querer escuchar.

Resignado guardo su móvil y volvió a encender su moto, en aquel momento su cabeza estaba llena de tantas cosas pero había algo de vital importancia que tenía que hacer y era encontrar a Kenta.

Después de haber ido a su departamento y observar el desastre y los destrozos que habían quedado se lleno de pánico pues era obvio que la persona que se lo había llevado no tenía buenas intenciones.

Yibo recorrió las calles bajo el frío del atardecer en busca de su mejor amigo mientras que sus padres por otro lado trataban de encontrar alguna pista.

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Kenta se encontraba sentado en un rincón de aquella celda en silencio, observaba todo a su alrededor, veía al grupo de hombres ir y venir mientras se hablaban de forma discreta, vio a Cain entrar y salir de la casa en varias ocasiones y en cada una de ellas siempre le daba una mirada y sonrisa burlona que provocaba que todo en el ardiera de rabia.

En ese momento Kenta odio su naturaleza como beta fue la primera vez que se arrepintió de haber nacido en el grupo de los más débiles de la manada como todos los denominaban, si hubiera tenido la fuerza necesaria al menos hubiera podido luchar.

Pensó en sus familiares, amigos, en Yibo, se imaginó los angustiados que estaban ante su desaparición y se llenó de tristeza pero sobre todo de coraje hacia la persona que lo había capturado en aquel lugar.

Mientras estaba sumergido en sus pensamientos paseo su mirada por todo el lugar hasta que la detuvo en la esquina donde se encontraba Xiao Lei acurrucado sobre el pequeño colchón, había transcurrido un día completo desde que fue encerrado en aquella jaula, antes lo habían tenido en una solitaria habitación la cual no era tan lúgubre aún así pudo sentir desesperación, por eso no pudo dejar de sentir tristeza por el aquel chico al imaginarse como se había estado sintiendo siendo prisionero por tanto tiempo.

Mientras lo observaba notó algo inusual que lo hizo levantarse de su lugar, pudo ver incluso a la distancia como Xiao Lei temblaba aún acurrucado entre las mantas. Un tanto preocupado se acercó al chico y vio que este temblaba y derramaba lágrimas con los ojos cerrados.

- Oye...- Kenta movió su mano hacia el pelo que cubria los ojos de Lei y lo retiró.- Oye...

-......- Lei seguía temblando y derramando lágrimas.

- Xiao Lei...- Kenta frotó su mejilla con suavidad.- Xiao Lei...

- Ya no...- Lei balbuceaba con los ojos cerrados.- Ya no...

- Xiao Lei, estas teniendo una pesadilla.- Tocó su frente.- Está muy caliente...- Retiró la manta.- Xiao Lei...

- ¡Ya no!.- Grito con pánico mientras salía de su sueño.

- Está bien...- Kenta palmeo con suavidad su mejilla.- Todo está bien.

- Nada está bien...- Negó mientras derramaba lágrimas.- Nada está bien...

- Al parecer tienes fiebre, debemos hacer algo para detenerla.

- ¿Que más da?.- Sollozo.- Lo mejor sería dejar que aumente hasta que me mate.

- No digas eso.- Lo ayudó a incorporarse.

- Solo quiero morirme...solo quiero morirme.- Cubrió sus oídos y empezó a llorar.- Solo quiero morirme.