PARTE 5

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SPIDERGIRL PARTE 5

Un par de horas más tarde, durante la clase de Historia, mi celular recibió una notificación, por debajo de mi mesa desbloqueé la pantalla, era una notificación de un robo a un banco, lo dejé pasar, sin mi traje y en mi estado era una mala idea hasta para mí, un minuto después llegó otra notificación, una obra en construcción había colapsado, suspiré, no, no, no, ese no era asunto mío...

-Profesor-.

-¿Si, Kuga?-.

-¿Puedo ir al baño?-. Ni siquiera esperé su respuesta, me paré y caminé a la puerta.

-Díganme que no solo lo hace en mi clase-. Escuché al profesor a mis espaldas.

Al salir del salón verifiqué que nadie me veía y corrí a la ventana más cercana; no tenía mi traje, pero igual me había puesto mis disparadores, y, mi mascara servía para un uso más, con eso era suficiente.

Llegué a lo que quedaba de la obra en construcción. -¡Spidergirl!-. Dos obreros me recibieron con emoción, pero cuando notaron que solo usaba la máscara... -¿Sí eres Spidergirl, verdad?-.

Me dolía columpiarme y ni hablar de hacer piruetas, así que no tenía el tiempo para eso. -¿Cuántas chicas que lanzan telarañas viven aquí?-. Dije con tono de fastidio.

-Sí es ella-. Dijeron los dos.

¿Qué? En ningún lugar decía que los superhéroes no podían ser sarcásticos.

Un tercer obrero apareció cubierto de polvo. -¡Spidergirl!-. ¡Eso! Esa era la actitud de confianza que me motivaba a arriesgar mi pellejo por ellos. -¡Debajo de...

Pasé los siguientes quince minutos sacando gente de los escombros, y por dios, hacer eso cuando el día anterior había sido una brocheta humana, era por mucho una de mis peores ideas.



Regresé a la escuela justo cuando sonó la campana que anunciaba el fin de la clase y la hora del almuerzo. Esperé a que el salón se vaciara para entrar.

-Ara-. Por supuesto, como no, Shizuru estaba ahí, con mi mochila a la mano. Se acercó a mí con una pequeña sonrisa, y cuidadosamente sacudió mi hombro derecho. -Tenías un poquito de polvo de escombro-.

Sentí que me sonrojaba, con lo observadora que era Shizuru, si yo no le hubiese dicho mi identidad, de seguro la descubría ella solita.

-Gracias por cuidarla-. Hice ademan de que me diera mi mochila.

No lo hizo. -La llevaré por ti-. Comenzó a caminar.

La seguí de cerca. -Oye, oye, soy superfuerte-. Dije con el ceño fruncido.

-Lo sé, y confío en que tu ego heroico también lo sea, así que déjame ayudarte-. Saben, habría sido muy fácil quitársela, pero en el fondo no quería hacerla enojar, con o sin poderes una mujer enojada era de cuidado. -Ara, buena Natsuki-.

En la cafetería, nos pusimos al final de la fila para comprar, cuando fue nuestro turno para pedir, la idiota de Nao pasó por detrás y me golpeó la cabeza, se fue riéndose.

-¿Por qué lo permites?-. Shizuru parecía extrañada. Supongo que no le cabía en la cabeza que dejara a Nao meterse conmigo cuando yo era Spidergirl.

-Porque un gran poder conlleva una gran responsabilidad-. Dije mientras pedía los macarrones con queso. -Además-. Me encogí de hombros. -No quiero matar su única neurona de un golpe-.

Shizuru rio.

-Eres demasiado gentil con esa idiota-.

-¿Gentil?-. Enarqué una ceja. -No, no, solo no quiero ir a prisión-.

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