Parte 11

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SPIDERGIRL PARTE 11

Finalmente mi brazo estaba como nuevo, más que listo para repartir puñetazos. Natsuki había descansado suficiente, era hora de que Spidergirl regresara a las calles.

Salí de casa con mi traje bajo la ropa, siendo franca, había extrañado esa sensación; irónicamente era tranquilizador el poder echarme de cabeza al peligro, puede que eso de la adrenalina fuese mas adictivo de lo que parecía, en fin.

Le eché un vistazo a la casa de Shizuru, ella ya llevaba un par de horas fuera, había tenido que ir a Corporación Carmín. Hice la anotación mental de pasearme por allá más tarde, para asegurarme de ser el único fenómeno rondándola, eso y que bueno, quería verla.

-Vaya mierda-. Fruncí el ceño.

Tendría que enfrentar a esos dos monstruos, probablemente eran amigos, y yo, carajo, mi ciudad solo me tenía a mí jugando del lado de los buenos, al menos de los buenos con super poderes.

Jamás había deseado con tantas fuerzas que apareciera otro superhéroe. De preferencia, un super con una edad parecida a la mía, porque era mejor seguir rompiéndome huesos por mi cuenta que el que llegara un fósil heroico a decirme como hacer mi trabajo. Suspiré. De uno u otro modo iba a tener que poder librar esa lucha yo sola, lo sabía, solo que detestaba que eso me quitara tiempo con la única persona con la que en verdad quería pasar el rato, o peor, que esa persona se viera involucrada en mi lio de experimentos fallidos, o exitosos pero fugados, era difícil saber cómo nos consideraba Searrs.

-¿En otras ciudades tendrás los mismos problemas?-. Negué con la cabeza. -Olvídalo Kuga, enfócate en la que vives-.

Caminé hasta estar a una distancia prudente de casa, me metí en un callejón, recurrí al viejo truco de esconderme tras los basureros, me puse la máscara y me quité la ropa de civil, guardé todo en mi mochila.

Trepé por el muro del callejón, la verdad, subí corriendo, ya me hacía falta algo de ejercicio después de estar días tirada en mi sofá.

En la azotea, pegué mi mochila en un rincón escondido.

-Que bien se siente estar de regreso-. Respiré lo más profundo que podía con mi máscara puesta. -Aunque la ciudad apeste a contaminación-. Tosí.

No tenía ni cinco minutos como Spidergirl cuando escuché el sonido de sirenas, eran del camión de bomberos, hice una mueca, no tenía ganas de entrar en calor de esa manera, pero así eran las cosas, los accidentes me elegían a mí no al revés.

Salté del edificio para seguir al camión.

En un parpadeó estaba pegada a su techo.

-¡Spidergirl!-. Gritaron los bomberos que iban por fuera.

-¿Situación?-. Le pregunté al más cercano.

El camión dio un giro brusco, de esos que hacían medio ladear el vehículo.

-¡Se incendió el Orfanato Fuuka!-.

Orfanato, la palabra hizo eco en mi cabeza.

-¡Spidergirl!-.

El camión estaba a solo un par de cuadras del lugar, en cuanto llegaron ni siquiera esperé a que frenara para saltar.

El orfanato era un edificio de tres pisos, era algo viejo pero siempre lo habían mantenido limpio y arreglado, lo más reconfortante que podría llegar a ser un lugar de ese tipo, hasta que algún imbécil le prendió fuego.

-Mierda-.

La entrada principal estaba en llamas.

A kilómetros podía verse que la estructura era lo que le seguía a insegura.

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