PARTE 17

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SPIDERGIRL PARTE 17

Después del tremendo susto que le dimos a Mai, lo mínimo que pensamos en hacer fue dejarla en la puerta de su casa antes de que le diera un infarto. Sabía que si Venom tenía dos neuronas, ella podría estar en peligro. No me gustaba la idea pero le dí mi número telefónico con una muy, muy remarcada aclaración de que era solo para emergencias heroicas.

En el trayecto a casa de Shizuru no hablamos mucho. Ella estaba sumida en sus pensamientos. Yo estaba agotada. Un momento de silencio no era nada después de la tensión de casi morir, como por décima vez ese mes.

Llegando no lo pensó dos veces antes de meter su Mustang a su cochera y cerrar el portón eléctrico. Tuve la corazonada de que yo habría necesitado más de un puñetazo para echarlo abajo.

Para cuando me dí cuenta, me preguntaba que tanto poder tenía Corporación Carmín. No era que dudara de mi novia. Su familia podía ser otra historia. Venga que, en algún momento el señor Fujino había tenido tratos con los Searrs.

Como era de esperarse, su casa estaba vacía.

Dejó su mochila en el sofá de la sala, de ahí, en silencio, tomó mi mano izquierda, caminó a la puerta principal.

No mentiré, por un instante creí que me sacaría y cerraría la puerta detrás de mí. Digo, le sobraban motivos. No me habría importado que me echarán si hubiese sido cualquier otra persona. Al final solo fueron mis nervios de mierda jugando a joderme, Shizuru sí salió conmigo.

Cruzamos la calle hacia mi casa.

Rompió el silencio.

—¿Ahora sí tienes la llave? —intentó bromear.

Nunca pensé que ese tono juguetón suyo me quitaría los nervios.

—No tropiezo dos piedras con la misma vez.

—Ara... Así no...

—Lo sé. —Llevé mi mano a mi cuello, de debajo de mi playera pendía una cadena con la llave de mi casa—. Pero sonreíste.

Que respiro al alma fue escucharla reirse, hasta me realineó el sentido arácnido.

—Natsuki, no he podido sacarme algo de la cabeza.

—¿Algo? Yo creí que varias cosas. —Me serví un vaso de agua—. Te escucho.

—¿De verdad para ti es normal eso de casi morir sin que tu madre se entere?, Digo... ¿Vuelves a casa después de una lucha mortal y cenas?

—A veces solo me voy a la cama —admití.

—Nat...

Para mí era obvio que ella lo decía por estar entrando al mismo juego, la ruleta rusa de la vida heroica.

Por el bien de sus nervios, intenté tener mucho tacto.

—Bueno, la idea es no causarle un pre infarto a mi madre cada vez que salgo de casa. —Fruncí el ceño—. Aunque los últimos días no me sale muy bien eso.

—Todavía no entiendo para que arriesgar tanto.

Dejé el vaso en el fregadero.

—No quiero decir nada ofensivo Natsuki.

—Solo dilo y ya.

—Siento que a los super les sobra valor y les falta sentido común.

No me ofendía, estaba de acuerdo, era la verdad.

Me puse frente a ella, coloqué mi mano en su hombro derecho.

—Y por favor no digas esa frase —dijo medio sonriendo.

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