SPIDERGIRL

Parte 12

SPIDERGIRL PARTE 12

Estaba recostada en el sofá, con mi cabeza sobre las piernas de Shizuru, ella me hacía mimos mientras pasaba mi cabello entre sus dedos. Ambas veíamos una película de terror cuyos efectos especiales no eran precisamente buenos.

-¿Cómo es que no sienten al asesino respirándoles atrás?-. Fruncí el ceño.

Shizuru apartó la mirada de la TV para mirarme. -No todos tienen sentido arácnido, Natsuki-. Rio.

-Lo sé-. Remarqué más mi ceño fruncido. -Pero lo tienen a unos pasos de ellos-. Señalé a la pantalla. -No es como que no sea visible el hombre gigante con el hacha-.

-Eres adorable cuando pones esa expresión-. Pasó su dedo por en medio de mis cejas. -Aunque no deberías hacerla tan seguido-.

-¿Me matara hacer malas caras?-. Dije sarcástica.

-No, solo que te ves aun más linda sonriendo-.

Me levanté de golpe, quedé de pie a un lado del sofá.

Se inclinó hacia enfrente. -Ara, sabes, también me encanta tu rostro serio-. Rozó su mano con la mía, entrelazó nuestros dedos, con un leve jaloncito me incitó a que volviera a sentarme a su lado. -Mi turno-.

Recargó su cabeza en mi hombro.

Yo entrelacé mi brazo con el suyo.

Comenzó a buscar otra película.

-Oye Shizuru-. Estaba viéndola de reojo mientras ella descartaba películas. -¿Eres celosa?-.

-¿Ara?-. Bajó el control remoto. -Esa es una pregunta interesante para hacerla de la nada-.

Me mordí la lengua, ¿para qué demonios había abierto la boca?

-Si bueno... es que... -. Sentí una oleada de nervios, me rasqué el cuello. -Veras, esta mañana...-. Levantó su cabeza de mi hombro, temí encontrarme con su cara molesta, no tenía sentido si todavía sostenía mi brazo, pero de verdad temía que se molestara conmigo, me llevé una sorpresa, estaba sonriendo, como si la situación le causara gracia.

-Sea lo que sea, puedes contármelo-. Encontró la manera de pegarse más a mí sin romper el contacto visual.

Le conté sobre el incendio y la parte en la que tuve que cargar a Mai para evitar que ella y los mocos se cocinaran vivos. Tal vez mi expresión de preocupación fue demasiado obvia todo el tiempo mientras hablaba, o quizá, Shizuru me conocía lo suficiente e intuía que tener a otra chica, o mejor dicho, a cualquier persona, tan pero tan cerca, había sido muy incómodo para mí. El punto era que, al terminar de contárselo, ella me veía entre enternecida y divertida.

-Ara, Natsuki, ciertamente no me gusta que otra chica haya estado tan cerca de ti-. Alzó una ceja. -Me consta lo pegado que es tu traje y su textura no deja mucho a la imaginación-. Negó con la cabeza. -Sin embargo, comprendo el contexto, era de vida o muerte, uno más de tus actos heroicos. Incluso si siento algo de celos, no me opondría a que la salvaras de nuevo-.

-Shizuru...

-Además, sé que solo me quieres a mí así de cerca-. Guiñó.

-Shizuru-. Habría deseado tener mi máscara en ese momento. -Tienes una seguridad aplastante ¿eh?-.

-Sí-. Sonrió ladina. -Y va perfecta con tu personalidad-.

Para mi disgusto era hora de retomar mi vida en la preparatoria, juro por mi sentido arácnido que no la había extrañado ni un poco.

Sabía que en cuanto pisara el estacionamiento, la habilidad de Shizuru para atraer personas chocaría con mi habilidad para alejarlas, el resultado con mayor probabilidad de ocurrir era ese en el que quedaríamos en un limbo entre ambas. A mí no me importaba tener algo de atención, sin embargo, la verdad era que los mayores efectos colaterales se los iba a llevar ella, me gustara o no.