Ojos color miel

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-¡¿Es una broma?! - cuestioné levantándome de la mesa.

Andrew y las pocas personas de la cafetería me miraban por mi extraña exaltación.

-Becca...tranquilízate. - mi hermano me tomó de los brazos y me acomodó en mi lugar de nuevo.

Me miraba relajado, tranquilo, sus manos estaban en movimiento por lo tanto estaba nervioso por mi reacción. Su respiración era normal y la sonrisa que me acaba de dar. Me confirmó todo.

Es verdad lo que dice.

Esta enamorado

Lo. Perdimos.

-Perdón si te decepcione o algo. Yo solo no sabia si era el mejor momento...pero lo sentí así...y yo.. -

-Andrew esta bien. - tomé su mano por encima de la mesa. -Es genial que estés enamorado de una persona que siente lo mismo... - Le ofrecí una sonrisa .

-Y no decepcionas a nadie. Ni a mi . Ni a nadie.-

-Entonces...¿todo bien? - cuestionó.

Sonreí.

-Todo bien. -

Mi hermano mayor estaba enamorado. Tenia pareja. Y era feliz en Londres con su pareja.

Que según la foto que me estaba mostrando era guapo.

Sí.

Guapo.

Andrew pasó toda su juventud escondiéndose de la familia. Guardando su felicidad. Hasta que lo mandaron al extranjero. Inglaterra. Y conoció a un lindo y amable pintor londinense.

Y aquí está, seis años después.

-¿Cuál es su nombre? -pregunté.

-Landon...Landon Lawrence. - es tan tierno verlo sonrojado.

-¿Lo...ejem...lo amas? -

Amar y estar enamorado de mi punto de vista era algo muy distinto. Y Andrew era de esas personas que lo daban todo, a su adecuado tiempo, pero lo daban.

Andrew...se quedo pensativo un momento. Por sus expresiones corporales estaba analizando su situación con Landon.

Y solo me miró.

Y vi ese destello en sus ojos.

El destello, el brillo que siempre se describe en las novelas, historias y el que se ve en películas.

-Según mis pulsaciones a verlo. Según como me comporto con el, como pienso diariamente en el. Mi mente y corazón dicen que estoy completamente enamorado y que...lo amo...lo amo y lo amo. -

¿Señor Darcy eres tu?.

-¡Esta bien!. Ya entendimos poeta romántico. - nos reímos.

-Becca. Prométeme que no le contaras a nadie...-

-¿Qué no le tiene que contar a nadie ? - una voz grave y demasiado conocida se escuchó a la espalda del rubio sentado frente mío.

-¡¿Blake?! - se exaltó redamando café encima de la mesa.

Y así quiere pasar desapercibido.

-Buenos días. ¡Becca! ¿Como estuvo tu noche?. ¿Apaciguable? Me imagino, después de irte de una cena de suma importancia y dejarnos tu desastroso desastre a nosotros. Tus adorados hermanos. Espero que estés bien luego de correr de los problemas...como siempre claro.- destilaba litros de sarcasmo a cada maldita palabra.

Algo que no debió ser.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora