Capítulo 18

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Becca

Llorar. Reír. Y entablar una conversación con tus hermanos. Compartir un silencio con ellos...

En simples palabras es un sentimiento compartido. Dividido mejor dicho. Es costumbre y cariño. Siempre he sentido que hemos sido muy unidos, en días malos y días buenos...

Pero, escuchar que Elliot dijera que soy su debilidad me hizo...sentir que todo iba yendo como debía.

La noche anterior después de pasar un tiempo más con ellos, me encerré en mi dormitorio. Me quite las zapatillas y la chaqueta. Quedando descalza encima del piso alfombrado.

Me acerqué a mi escritorio y encendí el ordenador , mientras esté cargaba abrí los últimos dos cajones de ambos costados de la mesa. Buscando entre los documentos y papeles lo que necesitaba.

El expediente de Homer.

Las transferencias y contratos de la empresa Morguean.

Y el expediente clínico de Kimberly E'Donett.

Los papeles los dejé esparcidos sobre la mesa. Accedí a la página de transferencias bancarias. Si mi padre y mis hermanos pudieron averiguar donde exactamente se escondía o podría estar Kim, yo también podía.

Tomé un lápiz y saqué hojas en blanco del mismo cajón por si es que debía tomar apuntes. O anotar alguna dirección. Me hice un moño y me senté en el escritorio.

Justo cuando mi teléfono vibraba, mostrando en la pantalla el nombre de Grey.

Al leer el nombre, recordé lo que pasó después de la fiesta. Cuando él me vino a dejar a la casa.

Iba sentada en el asiento del copiloto, pensando en lo de la escena del baño. Con William. Como me miraba, como recorría mi cuerpo con sus ojos, sin hacerme sentir incómoda. Sus manos se abrían y se cerraban en busca de control. Pero se estaba metiendo con mi hermana.

-No debiste de haber ido al baño. Todo por un estúpido juego- Grey presionaba sus manos en el volante. Enfurecido.

-Lo que yo crea que deba o no hacer, es mi problema Grey - espete.

Al aparcar en mi casa, frenó con fuerza y me agarró la mano.

-Se supone que estamos juntos ahora. Eres mía, no deberías ir a espacios cerrados con idiotas, sobretodo un idiota como Griffin.

Sus ojos estaban demasiado abiertos. Su agarre estaba tomando fuerza, y dolía.

-Dios ¡Estás demente! - Me solté de su agarre violento, y me bajé del coche.

Antes de poder dar un paso más, me pilló y me sostuvo de los brazos. Impidiendo levantarlos.

-Sueltame

-¿Crees que protegerte es estar demente? Dime ¿lo crees?. Estoy loco por ti, Becca -

-Estás loco por ser posesivo, Grey

- ¡No! - levantó un puño y lo estrelló contra la puerta del auto. Dejando una pequeña y casi invisible abolladura. El solo golpe, hizo que me exaltara.

-No soy posesivo...Me has gustado desde que te vi en primer año. Pero no estaba a tu alcance, hasta ahora... - su tono de voz se suavizo. Haciendo que mi cuerpo quisiera protegerse. Tenía miedo.

Y no sabía por qué.

-Déjame ir, por favor...- supliqué.

Intenté soltarme. Pero él se desesperó de nuevo y después de lanzar algo parecido a un gruñido. Me sujetó de mis caderas y me apegó a él.

Algo que no debió ser.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora