Capítulo 20

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William.

Cuando logré soltarme, cuando logré soltarme de las manos del policía que me tenía retenido. Corrí.  Sin parar, sin importarme las personas que pasé a llevar.

Eileen no tardó en comenzar a seguirme. Intentando frenarme el paso.

Solo pensaba en ella.

Solo veía sus ojos oscuros y vidriosos.

¿Por qué? ¿Por qué se entregaría sin pelear?¿Por qué se rendía siempre tan fácilmente? Juro que el dolor que sentí en mi pecho cuando me susurró un pequeño y sutil <<lo siento>> antes de que se la llevarán. Fue el mismo dolor que sentí cuando me quedé viéndola por el parabrisas, cuando nos íbamos yendo camino a otra vida. Otro mundo. Cuando nos separamos por primera vez.

Cuando llegué a la entrada de Fender vi como Grey también estaba intentando encontrarla, encontrar a alguien. Seguí caminando a zancadas. Cuando encontré a Blake y a Edward.

—¡Will!

Mi vista giró hacía ellos y me apresuré en acercarme.

—¿Dónde está? ¿A dónde se la llevarán?—

—Necesito que te calmes ¿si? —Blake intentó acercarse.

Pero por instinto retrocedí un paso. Y me fijé en la mirada de Edward.

Estaba profundamente nervioso. Triste. Desesperado.

Comenzó a salir más gente del instituto. Eileen llegó a mi lado. Para que después llegarán los demás. Diana solo me miró y asintió con su cabeza. Últimamente había pasado en su casa, me presente frente a los chicos como su novio. Aunque el único que sabía que era mentira fue Elliot...Idiota.

Collin llegó con Cora, antes de que unas sirenas a lo lejos comenzarán a sonar. Miles de sirenas. Demasiadas luces rojas y azules. Mi corazón comenzó a palpitar demasiado fuerte. Mis oídos reconocieron el sonido, no eran sirenas de carros policiales. No eran carros policiales.

Y cuando escuchamos el chirrido de los frenos de la ambulancia. Paramédicos bajar de la ambulancia con una camilla. Y solo pude ver la imagen de Rebecca en esa camilla.

Collin y Elliot comenzaron a correr hacia donde estaban los policías, la ambulancia. El caos. Sólo pude darle una mirada a Blake, Eileen y Diana quienes estaban intentando que Edward no se desplomase en el suelo. Antes de seguir a los chicos. Antes de correr con todas mi fuerzas a pesar de que me dolía al respirar. De que cada segundo que pasaba mi respiración se agotaba.

Cuando pude tener mejor visión de lo que sucedía, mi corazón se detuvo. Mi estómago dió un vuelco y la bilis en mi garganta amenazó con salir.

Rebecca iba en la camilla. Inconsciente. Dos enfermeros la traían...

Elliot se quedó petrificado a mi lado, mientras que Collin le gritaba a Homer.
Quien tenía su cabeza gacha. Con el castaño solo nos miramos y caminamos hacia la ambulancia.

Nos detuvo una policía.

—No pueden pasar— dijo, intentando no dejar que su nerviosismo y sus ojos estallaran en lagrimas.

—¿Te sientes bien? — no era tiempo de preguntar a desconocidos como se sentían. Pero ella se veía urgida.  Y nueva en esto.

—No me imaginé que mi primer día en patrulla y en calle sería así.

Elliot asintió y le dio una sonrisa confortante.

—Necesitamos pasar...

Ella asintió.

Algo que no debió ser.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora