Rosé estaba en un gran aprieto. Vaya que sí, sentía la necesidad de quedarse dormida una eternidad y huir de la realidad. ¿Qué le sucedia? Lo mismo de siempre. Era muy obvio: Lalisa Manobal. La chica más irritante, tierna y lenta del mundo. Todos en el instituto pensaban que Rosé la odiaba, antes era así o al menos eso creía ella, ahora no estaba tan segura.
Según Sowon, su mejor amiga había descubierto lo que le sucedía por andar de chismosa en su diario, decía que era una confusión. Rosé debería quemar
ese jodido cuaderno, tal vez. Una confusión, se repetía ella, le repetía su
amiga, le decía incluso internet. Por quési, Rosé había buscado en Google
como saber si estabas enamorada de una
chica cuando también eras una.Útil? La verdad, no. Decía lo mismo que esperaba ella, que seguramente era una confusión hormonal común a su edad. Rosé al principio se lo creia, pero ella no era tonta. lba más de una atracción física. La forma de pensar de Lisa, con las pocas veces que habían compartido ideas en la biblioteca, sus increíbles notas en Biología, o con solo ver los libros que leía, le parecía maravillosa.
Como la ojimarron era tan amable con todos, trataba con cariño y afecto a sus
amigas, le hacía sentirse enternecida.También lo lenta y adorable que
parecía algunas veces cuando no comprendía Inglés, era mucho que
soportar para la rubia Además, Lisa dibujaba espectacular. Captando el arte en un objeto simple o creando dibujos que cualquier otro nunca pensaría. ¿Cómo lo sabía? La ojimarron de vez en cuando dibujaba en la biblioteca, algunas veces parecía tan absorta que podía acercarse con sigilo y observar el dibujo a sus espaldas. Sobra decir que el arte de Lisa atrapó a Rosé. Incluso cuando le peleaba era astuta, siempre sabía con qué responderle para molestarla y salirse con la suya.Después estaban sus ojos. Joder, sus ojos. Le quitaban el sueño a Rosé dejándola perdida en un mar marron. Siempre sentía ganas de solamente verla durante horas, su cabello, su nariz, sus cejas. Lisa era perfecta. Oh, claro que Rosé no era idiota. Ella sabía que esto era más que una confusión, mucho más. Querer besar a alguien sólo por encontrarla tierna, sin sentir algún deseo sexual, o darle abrazos todo el día no era normal.
Rosé ya lo sospechaba, llevaba tiempo desde que tuvo una conversación con su madre. Pero no queria aceptarlo, y ahora que pensaba en la posibilidad, sentía miedo hasta la médula.
Posiblemente, tal vez, Rosé gustara de Lisa. Y puede que un indicio, uno muy pequeño, de enamoramiento hacia la ojimarron. Aunque no estaba del todo segura, creía. Obviamente no pensaba decírselo a Sowon aún, esta sufriría un ataque cardiaco y Rosé no estaba segura de que tuviera seguro médico. ¿Qué has echo, Park? En qué momento, no podías fijarte en el repartidor de pizzas sexy y moreno ¿verdad?
O sea ¡Era el lote completo! Hermoso, alto y amaba la pizza. El chico soñado.
Pero noooo. Debia fijarse en una chica ¡Vaya royo! Y además, una chica que
la detestaba. Maldecía el día en que cruzó palabras con la perfección que
conformaba Lalisa Manobal. También maldecía el día en que se interesó en
conocerla quedándose en la biblioteca, pensando que así la superaría, tuvo
el efecto contrario y terminó enamorándose.-¿Todo bien?-Jennie, una de sus amigas, la sacudió en el pasillo.
Rosé había estado observando a la nada, pensando en su desgracia de vida. Ella estaba con Hyuna y la chica de piel morena, acompañando a la rubia
mientras recogía sus libros.-¿Sabes dónde está Sowon?-Hyuna preguntó mientras guardaba sus cosas.
Ella se encogió de hombros, llevaba un rato sin verle.-Mira, allí está el grupito-Jennie sonrió.
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Rivales | Chaelisa
Teen FictionLalisa Manoban comienza la secundaria sintiendo las burlas de sus amigos, entre un grupito de chicas que la fastidian conocerá a la popular Roseanne Park. Durante varios años ellas comienzan una gran rivalidad entre ellas, se odian a muerte o al me...