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Septiembre. Inicio de Clases.

Bueno, las vacaciones habían pasado muy rápido para el gusto de Lisa, sentía que los dos meses se le fueron volando.

Lo había pasado fenomenal, sus amigas y los primos de Jisoo la habían mantenido distraída todos los días, conversaba hasta tarde con las tres chicas vía Skype. De alguna manera Jihyo era una de sus amigas cercanas y más ahora que asistirían juntas a la escuela. Su hermano, Dawn, era un galán y siempre parecía amable con todo el mundo. Lo único desgraciado en todos esos días fue una persona que no salía de sus pensamientos: Park Chaeyoung. La chica, que por cierto, Lisa odiaba y le estaba haciendo la vida imposible.

Todos los días recordaba sus ojos. Había logrado dejar de escucharla o pensar en su risa pero lo único que su mente no podía olvidar, eran sus malditos ojos.

Ahora, pensar que hoy la volvería a ver, le revolvía el estómago de una forma impensable, se sentía nerviosa y a la vez ridícula por sentir nervios. Aunque vivieran en la misma ciudad, nunca se la encontró y todo eso debido a que se enteró de que se fue a un viaje fuera del país, pero ya volverían al instituto y sea como sea, allí desgraciadamente estarían cara a cara.

-¡Ahg, en serio, qué horror!-dijo hundiendo el rostro entre las manos y su madre, Dara, la miró divertida.

-¿Sigues atormentada por esa niña, cariño?-preguntó a su hija

Claro, durante todo el año Lisa le había hablado sobre las chicas que la fastidiaban, diciendo que no era tan grave como para acusarlas y restándole importancia.

-Porque esa niña lleva haciéndome imposible la vida-dijo dándole un mordisco a su emparedado, sentía la mantequilla de maní en el paladar-Por eso no quiero verla.

-Parece todo lo contrario, cariño. Has estado muy ansiosa estos días-le guiñó un ojo y Lisa se ruborizó.

-¡Mamá!-la regañó, escuchando su risa. Después de un rato salió directo a la escuela, vestía al igual que toda la vida: camiseta blanca, una camisa de cuadros negros y rojos, junto a unos vaqueros desgastados ajustados a la cadera, en conjunto con sus zapatillas converse. Este nuevo año optó por llevar su cabello liso y negro con ligeras ondulaciones al final.

-Jihyo, déjame respirar! Si nos vimos ayer-reclamó divertida, cuando la pelirubia se separó y le guiñó un ojo.

Siguieron conversando hasta que llegó Eunha, parecía muy feliz y los saludó a todos con la dulzura que la caracterizaba. Después de un rato escucharon el chirrido de unos neumáticos y apareció un convertible azul cerca de ellos, todo el mundo observaba la escena.

Cómo si fuese una película, de el comenzaron a bajar los que conformaban al grupito. Hyuna y una chica llamada Jennie, conversaban animosamente entre ellas y no lucían igual que el año anterior. Ya al cumplir los quince años era cuando las chicas comenzaban a madurar, claramente lo habían hecho ya que vestían con unos jeans de mezclilla ajustados hasta los tobillos y unas blusas vaporosas que dejaba al descubierto el abdomen.

-Dios, ya llegaron esas zorras-se lamentaron Eunha y Jisoo, estaba muy distraída para hablar.

-¿Ellas?-preguntó Dawn muy sorprendido, recordaba a las chicas de aquel día en el cine pero ahora estaban mucho más guapas.

-Sí, aquellas. ¿lili?-preguntó Eunha, observando a su amiga en trance. No podía ser de nuevo-Hey, para ya. Se te sale la baba.

-¿Qué?-preguntó, parpadeando y observando a su amiga.

Rivales | Chaelisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora