Extra #6

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Rosé estaba muy alegre, más de lo que recordaba haber estado alguna vez. Cómo no? Hace unos dos días, la noche del baile de invierno, fue el momento más emocionante y hermoso de su vida. Pasaron muchas cosas, ella terminó bebiendo, comiendo alegremente y felicitando a Sowon y a Eunha por ganar como reinas del baile.

Aunque el acontecimiento principal de aquella noche, fue la declaración más
tierna y hermosa que le había dado Lalisa Manobal, su Lisa. Bailaron
juntas muchas veces, mirándose a los ojos con dulzura e ignorando las miradas curiosas de los otros compañeros. Sobra decir que también se dieron varios besos, Rosé amaba los suaves labios de la ojimarron.

Y no, no fue un sueño. Esa noche, después de que Lisa la despidiera timidamente frente a su casa, ella se lanzó un balde de agua fría para asegurarse de no estar dormida. En realidad, fueron dos baldes, para rectificar. Una nunca sabe. Al dia siguiente no lograron verse, para la desgracia de las dos chicas. Rosé tuvo que asistir a una reunión familiar y estuvo todo el día de muy mal humor.

Alice alzaba una ceja, riéndose un
poco. Rosé evitaba mirarle a los ojos, como su hermana llegara a enterarse
de lo sucedido con Lisa, en cuestión de segundos toda la familia lo sabría.

Y lo menos que necesitaba era que sus padres se enteraran sorpresivamente,
Hyorin seguro estaría montando una fiesta de celebración pero a Taeyang no la agradaría la idea. Prefería decirles por su propia boca, cuando se sintiera preparada, o cuando Lisa se dignará tener ovarios y fuera a la casa a hablar con sus padres.

El domingo fue lo mismo, Lisa no podía dejar sola a sus padres, ya que querían almorzar juntos. Lo único positivo fueron los mensajes de texto que
intercambiaron. Rosé sonrió al recibir el primero, preguntándose donde había encontrado su número la ojimarron. Sospechaba de cierta Coreana.

Y aquí estaban, un lunes, en el instituto. Ya a estas alturas, todos debían saber que entre Park Chaeyoungy Lalisa Manobal había algo. No eran amigas, aún no, eran mucho más. Rosé estaba sentada en una de las mesas del patio, mirando hacia el aparcamiento, esperando a cierta chica de ojos Marrones y sonrisa angelical.

-Estoy frustrada-fue el comentario inútil que hizo la chica rubia.

-¿Por qué?-Sowon estiró los brazos, ella también esperaba a Eunha.

-Hace dos días que me he besado con Lisa y le dije que la amaba, no la he
visto desde entonces-su tono fue sarcástico, se cruzó de brazos, mientras
movía la pierna. Qué se supone que somos ahora?

-Rivales con ciertas actitudes cariñosas?-la Alta tentaba a la suerte con su chiste, vio los ojos chocolate asesinarla y alzó las manos-. No me mates, era broma. No querás dejar a Eunha soltera, verdad?

-Le haría un favor-rodó los ojos.

-Pff, claro-chistó con gracia, echándose el cabello hacia atrás-. Ya quisiera
ella encontrarse otra novia como yo.

-No le deseo tanto mal, Sowon. Espero que no existan dos como tú, con una me basta-Rosé movió las manos, esperando que la Alta se picara.

-¡Oye! Que tú no eres Miss simpatía-le dio un golpe en el brazo, la castaña sonrió .-Soy increible y estoy segura que Eunha piensa igual. Una voz tras ellas respondió, divertida.

-Tienes razón, Sowon-Eunha sonreía con dulzura a su novia, la sonrisa resplandeciente de la Alta se mostró en sus labios-. Eres maravillosa-se sonrojó.

-Aww, gracias, Eunha -la Alta le hizo ojitos. Sowon se lanzó a abrazarla, dándole besos en las mejillas y finalizando con un beso en los labios, Eunha reía como idiota, aún ruborizada. Rosé rodó los ojos, tanto amor por las mañanas le hacían sentir diabetes nivel ll. Si es que existia. De todas formas, eran empalagosas.

Rivales | Chaelisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora