Valentina.
No me sorprende ver a mi hermana sentada en la mesa de la cocina cuando me levanto. Está comiéndose una napolitana de chocolate y lleva puesta la ropa de la noche anterior porque, con total seguridad, aún no se ha acostado.
Ignoro su presencia y saco la leche de la nevera. Todavía me duele que no
sea capaz de ponerse en mi lugar, de respetar mis decisiones. Me acomodo al otro lado de la mesa y le echo un vistazo a la revista sobre fotografía que estaba al lado del frutero, paso las páginas haciendo todo el ruido que puedo. Tiendo a demostrar mi grado de enfado con diferentes niveles sonoros, lo admito.—¡Vale, lo siento! —exclama alargando las vocales—. Lamento haberte tendido una encerrona, pero es que me sentí muy mal cuando la vi… Está muy cambiada. No parece ella.
No levanto la vista de la revista mientras bebo un sorbo de leche.
—Sé que lo que hice no estuvo bien y que odias que me meta en tus asuntos
—prosigue—, ¡pero me muero de curiosidad por saber qué estaba haciendo aquí!¿No piensas contármelo?
—Ehm, déjame pensarlo… —finjo que medito—. No, no tengo nada que contarte.
—Sabes que eres la típica hermana mayor huraña, ¿verdad?
—Y tú la pequeña entrometida.
—Es menos insultante.
—Acuéstate ya, ahora que estás a tiempo de no decir más tonterías.
Me arrebata la revista de las manos y la deja a un lado de la mesa. A decir
verdad, solemos discutir a menudo por cosas estúpidas que no tienen
importancia, pero lo que hizo ayer… eso fue ir un paso más allá, comprometerme delante de Juliana. Y aunque Sofía no tenga la culpa, odio la forma en la que se marchó al final, después de tantas palabras no dichas…—Me la encontré en una cafetería —digo.
No quiero pagar con mi hermana mis frustraciones. Soy consciente de todo
lo que ha hecho por mí durante los últimos meses; si ella no hubiese estado tan pendiente… no sé, no sé qué hubiese sido capaz de hacer. Prefiero no pensarlo.—¿Y la invitaste a venir aquí? —Sus dedos repiquetean rítmicamente
contra la superficie de la mesa; lleva las uñas pintadas de un divertido color amarillo.—No exactamente. Yo me fui de la cafetería de un modo un poco brusco…
—Ya te imagino, pff.
—… porque estaba con una chica —concluyo y ella abre los ojos de golpe
y se inclina hacia delante—. Pero gracias por juzgarme antes de tiempo.—Te quiero tal como eres, pero reconoce que puedes ser muy antipática cuando te lo propones. Va, sigue contando, no pares.
—Poco más. Ella vino aquí y me pidió que no volviese a irme de ese modo si
algún día nos encontramos de nuevo. Y entonces… bueno, entonces la invité a tomar café. Todavía no sé por qué. Fue una estupidez. Una gran estupidez —
niego con la cabeza mientras me pongo en pie y dejo el vaso vacío en la repisa de la cocina—. No volveré a verla. Ya está. Es mejor así. Ahora vete a dormir, enana. Son las ocho de la mañana.Sofía se muerde el labio inferior y la indecisión se refleja en sus ojos.
—¿Qué dirías si te dijese que vas a tener que verla otra vez?
—¿Por qué?
Coge el bolso marrón que hay tras el frutero de la mesa y me lo tiende. Me
quedo mirando el objeto durante un buen rato.
![](https://img.wattpad.com/cover/284854334-288-k463039.jpg)
ESTÁS LEYENDO
¿Quién detendrá la lluvia en mi? - Juliantina
FanfictionSigue lloviendo...Juliana y Valentina no han vuelto a ser las mismas. Después de formalizar su divorcio, cada una intenta reconstruir su vida e ir encajando las piezas de un puzle que creían haber concluido y que ahora se ha roto. Pero a veces los p...