Amorometro (ColoMex - Mexcolo)

13- Acercarse

México llegó a su casa muy cansado, además aún estaba pensando en la mirada de la novia de Colombia, parecía como si lo odiara, algo ilógico ya que apenas han cruzado palabra, mañana regresaría a la casa del sudamericano para hablar mejor, y que le explicará que estaba pasando.

Ya era la mañana siguiente, 11- 12 a.m aproximadamente, salió de casa rumbo a la de Colombia.

Esta vez no tocó, si algo pasaba dentro de esa casa, pararía todo solo para que no lo notará, así que tomó su llave, que usaba pocas veces y abrió la puerta.

El interior de la casa era un desastre, sillas rotas, la mesa está volteada, había platos y vasos rotos, el sillón se encontraba rasgado y en medio de la sala, ¿que pudo haber pasado allí adentro?, pensaba que tal vez habían entrado a robar en la ausencia de su amigo.

Tomó una pata de madera que antes era de la mesa, y camino por la escaleras, dirigiéndose al cuarto de Colombia, abrió un poco la puerta y pudo ver a un tricolor un poco lastimado, entró sigilosamente a la habitación.

Colombia dio la vuelta y dio un pequeño brinco al ver al mexicano parado enfrente de él, en su rostro se veía preocupado.

–¿que haces aquí?– ese no era el Colombia que México conocía, su voz era triste, desanimada, enojada, además tenía unas cuantas heridas abiertas, pequeños moretones, no eran graves, pero sinceramente si era preocupante para el norteamericano.

–¿que te paso? – preguntó el tricolor, dejando la madera que traía en la mano para defenderse de un posible agresor.

– me caí de las escaleras –Mentira, una caída no hubiera hecho todos esos golpes.

–Mentiroso–México salió de la habitación y fue a buscar el botiquín de primeros auxilios. Regresó al cuarto y se acerco a su amigo.

–siéntate, voy a curarte todo eso –se sentaron en la cama, ninguno decía nada, el Mexicano estaba concentrado en curar cada una de las pequeñas heridas que estaban por sus brazos, cara y torso, mientras que Colombia no quería decir nada, el sabía que en un momento el tricolor lo llenaría de preguntas de lo que había pasado.

–Listo – México guardo todo en su respectivo lugar, pero no pregunto nada, su mirada la tenía directo a la puerta.

—¿me vas a decir que te paso?,¿quien te lastimo? –

Colombia bajo su mirada desanimado, sabia que la pelea del día anterior con su novia no era sana, sin embargo, no quería dejarla, la amaba demasiado. — no es nada grave—

Ante lo dicho, México apretó sus puños y se paro de la cama, veía directamente el colombiano –¿NO ES NADA GRAVE? – listo, se había enojado, pero no con Colombia, si no con el que le había hecho eso – Mirate, estás lastimado, tu casa esta hecha un asco, ¿Y NO ES NADA GRAVE? - Colombia bajo la mirada, estaba a nada de que todas las lágrimas que no pudieron salir el día anterior, salieran sin descontrol.

–Fue ella, ¿cierto?, ayer estaba enojada - el contrario se limitó a asentir, aún sin mirarlo.

Hubo un silencio que duró unos cuantos segundos –Nos vamos –en mexicano empezó a acomodar ropa de Colombia en una maleta que se encontraba en el armario.

–¿A donde? –Dijo Colombia, no se hiba a negar, por más que quisiera quedarse, México no lo dejaría.

– A mi casa, ella no sabe donde vivo, y no te va a encontrar ahí — siguió guardando las pertenencias del dueño de la casa.

— No quiero ser una molestia — México de detuvo de lo que estaba haciendo y se acercó a él, aun estaba sentado en la cama así que se agacho un poco, tomo la cara de Colombia entre sus manos y lo hizo mirarlo a los ojos — Nunca serás una molestia para mí, te ayudare en todo lo que pueda, y si es necesario me voy a pelear con ella solo para que no te pase nada ¿okey? — Colombia ya no podía retener sus lágrimas, terminó llorando y abrazando a México, siempre lo había tratado tan bien, lo cuidaba, lo ayudaba en todo y ahora no sería el excepción, ay, cuanto lo quería...

Terminaron de empacar las cosas de Colombia y se fueron en la moto del mexicano.

Llegaron a casa del norteamericano y este cerró todo, cortinas, puertas , ventanas, para que su amigo estuviera seguro.

— listo —soltó una sonrisa —ve a tu cuarto, toma un baño y baja a comer— si, Colombia tenía su propio cuarto en la casa de México, y México tenía el suyo en casa de Colombia , algunas veces les tocaba quedarse en la casa del otro por algún motivo, así que ambos adaptaron un cuarto para el otro.

Colombia no tuvo otra opción más que hacer lo que México le decía, así que subió.

El norteamericano preparo la comida para en cuanto bajara Colombia todo estuviera listo.

Comieron con tranquilidad, ambos, en especial el sudamericano, se encontraban mejor.

Callo la noche, antes de ir a dormir estaban viendo películas en la sala, eran cerca de la 1:30 de la noche, cuando México escucho unos pequeños ronquidos a su lado, su amigo se había quedado dormido, apago todo, cargo a Colombia sin ninguna dificultad, la altura era casi la misma así que no había problema, lo llevó a su habitación y lo dejó dormir.

Luego de eso fue a su cuarto, se puso algo cómodo y se acostó. No habían pasado ni 10 minutos cuando escucho unos golpesitos en su puerta, con toda la flojera del mundo se levantó. — Colo, ¿Qué pasa? — el colombiano alzó su vista, traía su pijama y venía abrazando una almohada —¿Puedo dormir contigo? — extrañamente para el Mexicano, se sonrojo, algo extraño, habían dormido juntos y eso nunca había pasado, igual, no se noto por la oscuridad del cuarto, le dio el pase a su amigo y fueron a dormir.

No podía dormir bien, la presencia de Colombia lo ponía nervioso, pero no lo incomodaba, sintió como el más alto lo abrazo y lo acerco a él, ya se encontraba dormido, unos minutos después pudo reconciliar el sueño y callo profundamente dormido en los brazos de Colombia.

Ay que lindo se sintió escribir esto.

¿Dudas?, ¿opiniones?, ¿sugerencias?

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