El gato mas tierno

386 4 2
                                    

Después de pasar una agradable tiempo con mi primo me tuve que despedir de él debido a necesitar ayudar en la mudanza todavía para poder salir de eso lo más pronto posible. Al salir, había notado el desastre hecho en aquel lugar, claro no me acordaba ese detalle de el: Suele tener la habitación desordenada. Aún cansado me dispuse a recolectar papeles de las hamburguesas con la misma bolsa y limpie un poco el piso de las manchas y boronas que estaban en todo ese lugar para luego amarrar la bolsa, ponerme la suelta para resguardarme de la fría noche.

Cuando estaba afuera abrí el bote de basura dejando las bolsas en su lugar repitiéndome "La próxima vez le diré" en eso, un cometa surca los cielos destellando tres colores, mis ojos se iluminaban de ver aquella maravilla y claro...no sabía su destino el cual era nuestro jardín. Me hice para atrás asustado y luego me acerqué poco a poco en ese lugar para revisar, conforme lo hacía este se abre mostrando su interior: eran tres collares de singularidad alta hechos del más fino cuero con cascabeles de plata puro como el de los gatos, los colores eran exactamente los favoritos de nosotros, yo me puse el azul por ser el favorito desde mi infancia escuchando los tintineos.

Fui a la sala y los llame a cada uno para darles el suyo, mi hermanito eligió el verde y el mayor el rojo, los tres estábamos emocionados por nuestros regalos, más no contábamos con un ligero detalle: contaban con el don de conceder un deseo en especial aparte de una transformación a gato inesperada y tuve la suerte de ser el único el cual tenia ese deseo de ser el chico más lindo por...ya saben, engordar y esas cosas.

Por estar distraído con mis hermanos hablando, en ningún momento note el cambio el cual ocurría algo despacio, tanto yo como mis hermanos nos cambiaba el color de nuestros cabellos al respectivo de los collares, también logré sentir como parecía dar efecto de hacerme crecer siendo esto un ensanchamiento de trasero y piernas seguido de panza y más notorio en el pecho. Les pregunté a mis hermanos si sentían como si la ropa les quedara cada ves más pequeña, me respondieron "no" cada uno con una voz un semitono más aguda, claro como los gatos podían captar eso solo nosotros lo notamos quedando cada uno sorprendidos.

De nuestras mejillas empezaban a marcarse unos bigotes curiosos como si nos hubieran rasguñado Leones y también se empezaban a formar colmillos siendo más notorios cuando abrimos la boca para hablar. Después de cierto tiempo nuestros ojos se notaban ligeramente ovalados, el pelaje brotaba desde los brazos hasta arriba haciendo que nos crezcan las uñas y se conviertan en garras, mi pantalón se empezaba a rasgar, la camisa a subir mientras que a ellos se les notaba como el pelaje se desbordaba un poco en las mangas de su ropa respectiva.

De pronto, mi hermano mayor se acordó de un relato tratándose precisamente de esto: un cometa elige a una familia de hermanos cuya convivencia sea pacífica y afectuosa obsequiándoles un deseo y aspecto físico diferentes. Al escuchar la palabra "deseo" me puse un tanto nervioso, no sabía de eso y claro este era tan fuerte que aparentemente resultó cumplirse:
—Que tan fuerte era tu deseo hermano?— me pregunto mientras me veía taparme las caderas:
—M-mucho, precisamente ser el chico más tierno de todos pero...no sabía que esto era real—
Al escuchar eso, su hermano le palmeó el hombro sonriendo mientras veía como la silla parecía ser más como las típicas para niños pequeños los cuales los ponen aparte y les dan pizzas en los cumpleaños:
—No es tu culpa, bueno...en realidad es mía porque no lo dije antes pero espero me perdones, estaba emocionado por ser un gato, era mi sueño desde pequeño— al verle sonreí levemente indicando ser más culpa mía:
—La verdad nadie me tiene pensando en ser más gordo y grande, solo quería superarme— decía súper apenado por cómo me estaba viendo en aquel lugar:
—Tranquilo, mira, pronto te acostumbrarás y podrás manipularlo hasta donde estés más cómodo, eso es así y por cierto, no saldremos hasta saber cómo controlar esto y ser humanos otra vez, claro podemos volver a ser gatos pero solo en casa— decia sonriendo mientras nos levantábamos y colocábamos nuestras manos...o patas, encima de la otra y nos apoyábamos como un equipo de football y al ver cómo empuje la silla aparentemente a kilómetros mi hermano se acercó y me dijo:
—Nada mal nalgon, pero si necesitas controlar tus impulsos para que reduzcas eso y podamos estar bien, solo intenta no aplastarnos en el intento, esta bien?— decía mientras notaba aquel pantalón rasgado, afirme lentamente mientras me colocaba derecho y me empezaba a concentrar para reducir tamaño mientras la transformación a gato se completaba cada uno siendo de un pelaje color pastel en la panza de nuestros colores respectivos, claro era necesario controlar eso o si no terminaría demoliendo la casa por un simple deseo.

Continuará...

Unas vacaciones dulces.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora