La mudanza de mi primo

445 10 0
                                    

Después se comprar algunas cosas ambos nos fuimos a nuestras respectivas casas, nos separamos en el parque y de ahí fue como si atravesara un portal al pasado, todos al verme me reconocieron debido a mi peso extra el cual perdí hace unos años y lo volví a ganar recientemente, todos me veían emocionados, no lo dije antes pero, había subido mi progreso a una red social la cual todos me empezaban a seguir y lo curioso es, porque lo hice? Simple, por curiosidad.

Después de tanto escándalo volví a casa sin moverme mucho, en eso toda mi familia me recibió al llegar a casa a las tres de la tarde, uno a uno me abrazaban y me decían "bienvenido de vuelta gordito" eso me emocionaba mucho, significaba poder volver a vivir todo aquello que alguna vez perdí, mi celular no se detenía de sonar de los contactos con amigos de antes, sin embargo, había uno el cual me llamaría mucho la atención: mi primo Lucas.

El era muy cercano a mi cuando éramos niños, 5 años exactamente, me decía "nube" por lo regordete, teníamos muchas aventuras juntos, desde el conflicto entre familias no lo veía hasta entonces. Después de las felicitaciones entre a mi cuarto algo agotado por ir de un lado a otro, en mi defensa, la panadería y la heladería estaban lejos una de la otra, en fin, me vi al espejo con una sonrisa y algo sonrojado, mi pantalón se había roto desde la cadera, este solo estaba unido por unos cuantos hilos y mi camisa se notaba más ajustada. De pronto, se escuchaba unos camiones grandes, como de mudanza, estos eran dos llenos de inmuebles y adornos envueltos para su protección, solté un pequeño suspiro de solo pensar en ayudarles, total me quede acostado en mi cama con las manos en mi panza jugando un poco a apachurrarla y a sentir su suavidad, por antojo comía una dona mientras me sentaba, los hilos que sostenían aquella unión del pantalón empezaban a tensarse más conforme comía aquella dona, al terminar, agarre otra sintiendo cómo empezaba a estar más ajustado de los costados del pantalón resaltando bastante entre cada separación de este, tanta era la presión que le aplicaba que terminaban por romperse constantemente mientras comía, la separación entre ellos se hacía más y más notoria, el sonido de los hilos explotando era muy satisfactorio a medida que seguía comiendo llevando ya cuatro donas y a la quinta...pum! Todos los hilos se rompieron dejando que los costados se liberen de aquella presión que sentía.

Suspire del alivio y guarde la caja de donas cumpliendo mi cometido, más eso no se termina ahí, estaba tan gordito de las caderas que empezaba a romperse el pantalón poco a poco hasta explotar por completo:
—Ser grande tiene sus desventajas jeje, pero para mí esto es una ventaja grande— palmeaba un costado haciéndole tambalear levemente mientras me veía en el espejo, todo se detuvo cuando escuchaba el timbre sonar, no podía presentarme así, debía de encontrar un pantalón pronto y por suerte había uno más resistente, me lo puse rápidamente y corrí a abrir la puerta con curiosidad.

Cuando la abrí nos sorprendimos mutuamente, él había subido bastante de peso, aunque a decir verdad, se ve que pesa lo mismo que yo, traía obsequios para nosotros como muestra de amistad y una gran sonrisa por volvernos a ver, para mi fue inevitable abrazarlo con mucho cariño, lo invité a entrar y les dio los regalos a todos, para darme el mío, tuvimos que entrar a la habitación para primero mostrarle donde pasaba la mayoría del tiempo:
—Wow...esto no es una habitación cualquiera, es un paraíso! Tienes de todo aquí, y veo que has progresado bastante— decia mientras levantaba el pantalón roto impresionado:
—Lo rompí recientemente, ya sabes, soy un chico en crecimiento— decía sonriendo mientras le daba un caderazo empujándole un poco, los dos reían un poco al verse y recordar viejos tiempos:
—Recuerdas la vez que te dije "algún día te alimentaré"? Pues ese día es hoy— mostraba un par de bolsas llenas de comida para pasar el rato alimentándome con hamburguesas de queso y tacos, al ver eso me emocione como no tienen idea y me senté para recibir cada uno de esas delicias que traía.

Abrí la boca para decibir primero las hamburguesas que traía las cuales eran 15, las comía constantemente sintiendo como mi panza se empezaba a llenarse, la camisa empezaba a notarse como pechera y mi pantalón se estiraba bastante, comía y comía bastante, no podía detenerme por lo delicioso que estaba, sabía muy bien, como soy un gordito orgulloso me sentía como si de un paraíso se tratase, la camisa estaba acomodándose entre mi pecho y mi panza haciendo notar cada vez más llena y redonda.

Dejaba que me alimentara alcanzando y comiendo cada una de las hamburguesas hasta acabarlas y continuar con los tacos los cuales eran 20 quedándome dormido y a la vez podía con los tacos uno a uno. Literalmente termine hecho un balón de football de lo lleno y redondo que estaba, lo único que podía sentir era mi panza siendo mimada por él mientras sentía como los gruñidos se hacían más constantes, maximo quedaría con 80 kilos con todo eso superando mis expectativas por un poco más.

La panza se notaba más grande, tanto así, que se notaba como estaba doblándose por el rollito que se estaba formando, su pecho se notaba más grande, aunque lo predominante era su trasero el cual se notaba más abrazado en aquel pantalón a tal punto de notarse el elástico de la ropa interior, obviamente su primo se enteró y medio sonrojado le da una nalgada a aquel chico grande y tierno. Al despertar, se quedaron jugando en la consola sintiendo cómo la panza de su querido primo le empujaba de vez en cuando siendo ese el mejor momento que tuvieron en mucho tiempo después de muchos años desde la infancia.

Unas vacaciones dulces.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora