Una charla con mi madre

252 4 0
                                    

Al volver a casa anuncie mi llegada sonriendo —Ya llegue!!—decía alegremente mientras entraba a mi habitación para dejar todo y descansar un rato, como el espejo estaba cerca de mi no pude evitar verme por un tiempo y sonrojarme en el proceso, sin embargo no podía dejar de ver mi pecho algo sorprendido por cómo era de grande el mismo:
—Ahora se porque me estaba viendo así— decía en voz baja mientras lo apachurraba un poco mientras salía a cenar algo para distraerse, al llegar a la cocina solo vio a su madre sentada en una silla cenando sola.

—Y los demás?— pregunté curioso mientras me sentaba en una silla a la par de ella:
—Cenaron un poco temprano para salir a jugar, querían pasar un tiempo juntos como en los buenos tiempos ¿Quisieras jugar también? Me preguntó con una sonrisa mientras me veía sabiendo que por esa expresión más bien tenía ganas de hablar:
—Muy bien, algo sucede, conozco esa cara desde el inicio del entrenamiento, dime hijo ¿Que tienes? Decía con curiosidad mientras se levantaba para prepararle un sándwich:
—He tenido cambios cuando engordo, uno de ellos es mi trasero, es muy grande para alguien como yo ¿no crees?— decía algo ruborizado mientras veía hacia el patio:
—Ah y también...mi pecho, es algo fuera de lo común y...me siento extraño— decía mientras suspiraba viendo hacia el frente aquel sándwich grande y delicioso:
—No te sientas así, la verdad es que yo como madre no te he enseñado las fotos cuando eras pequeño— decía sonriendo mientras iba a la habitación de ella para traer un álbum de fotos en donde yo tenía como 5 años y me notaba bastante grande:
—La verdad desde pequeño tenías esa facilidad para engordar, aquí te estaba probando una camisa pero pues por tu pecho no te entraba entera— decia mientras me mostraba una foto de mi ruborizado mientras veía como me quedaba la camisa:
—El nutricionista me pidió que hicieras deporte y por eso parecías no subir mucho de peso, pero no creas que delgado te salvas pues igual te resalta algo de pecho y trasero, ser lindo es inevitable para ti ¿sabes?— comentaba sonriendo mientras pokeaba una parte de mi pecho:
—Si alguno de tus amigos dijo algo sobre las chicas y la envidia del porque te ven pues no le hacen falta razón, ahora sabrás porque gordito— decía mientras yo estaba algo sonrojado y sonriendo mientras comía el sándwich a mordiscos:
—E-entonces es normal que sea así?—preguntaba mientras sentía como la camisa se subía, en ese entonces me había acordado una foto que vi de un personaje similar a mi y se la enseñé a mi mamá:

me siento extraño— decía mientras suspiraba viendo hacia el frente aquel sándwich grande y delicioso:—No te sientas así, la verdad es que yo como madre no te he enseñado las fotos cuando eras pequeño— decía sonriendo mientras iba a la habitación d...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al ver aquella foto la sorprendí bastante y empezaba a reír un poco:
—No creo que te pongas así, pero la verdad mucho no te falta— decia sonriendo mientras colocaba dos sándwiches más de esos en la mesa para luego sentarse a la par mía:
—La verdad, y mantenlo en secreto, me gusta más verte gordo porque desde pequeño te gustaba...cuando te inscribí a ese gimnasio olímpico me dolió mucho ver cómo te deteriorabas y ademas como el entrenador te sobre explotaba, aunque fue en parte chistoso porque no te escapabas de tener una pancita— decía riendo un poco mientras frotaba la misma sintiendo esa gran diferencia:
—Espero me perdones y a tu padre, en ese entonces pensábamos estar haciendo lo correcto pero en vez de eso solo te hicimos daño— mencionaba mientras me veía comer:
—No te preocupes por eso mamá, se muy bien cómo te sientes y es normal como madre hacer lo correcto, por eso me sorprende te guste verme gordo— decia sonriendo mientras terminaba el sándwich comiendo el siguiente:
—bueno, pareces un malvavisco cuando lo estás, ademas de lindo— decia sonriendo mientras comía de los sándwiches:
—También porque recientemente te pareces más a un gato— decia mientras me veía con curiosidad las orejas y el cabello de color azul.

Al terminar aquellos sándwiches suspire contento, la camisa me quedaba bastante ajustada y la pantaloneta también y como era de esperarlo resaltaba mucho mi pecho:
—Me gusto pasar un tiempo contigo hijo, aunque sea bastante corto, me gustaría apartar más tiempo para compartir contigo...bueno tengo que volver al trabajo, nos vemos luego pachoncito— me decia sonriendo mientras se retiraba a su estudio. Por la comida que me dio empezaba a sentir sueño antes de querer pasar un rato con los demás y aunque eso me desanimara un poco igual me fui a la habitación para alistarme e ir a la cama. Cambiarme el pantalón fue algo difícil pues no sabía muy bien donde estaba viendo y abotonarme la camisa de las pijamadas fue un desastre, los hombros se desgarraban y los botones empezaban a salir disparados por todo el lugar, claro al pensar no querer ser gordo por esa frustración...termine adelgazando otra vez por las habilidades del collar, debería de aprender a controlarlas desde mañana.

Unas vacaciones dulces.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora