Unos ejercicios imposibles

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Después de que todo mundo me viera, llegue a casa, no me había sentido tan observado desde hace un tiempo, aunque la verdad no me molesto mucho si me ponía a pensar cómo sería al entrar a una puerta más adelante, me quedaría atascado. Ahora en una situación pública, ahí si me quedaría avergonzado de estar todo el día siendo visto por todos, por ese motivo decidí bajar aunque sea algo de peso.

Aproveche estar en mi ropa deportiva para ir afuera a intentar correr preparándome, claro a alguien como yo le debería ser costoso, sin embargo, podía correr de lo más bien, el único detalle en todo esto es la panza pues rebotaba mucho lo cual me llevaba hacia delante, no me detenía de reír cuando vi aquello pues me recordaba las veces en las cuales me colocaba una sábana debajo de la ropa para simular estar gordo siendo ahora una bonita realidad, mas no tenía tiempo de pensar en ello, solo necesitaba enfocarme en lo necesario para seguir con mi carrera.

Después de dos horas corriendo 6 kilómetros me sentía bastante cansado eso sí, lo bueno, la ropa me quedo floja y la panza me redujo a ya no estar en las rodillas si no a estar normalmente, ósea , volví a estar chubby

Sin embargo, algo me decía "no vas a pasar de ahí" por más ejercicio planeado por hacer así de ancho me quedaría, no esta mal la verdad, me agrada la idea jeje, sin embargo, después de tanto ejercicio, mi panza demandaba comida lo cual se podría p...

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Sin embargo, algo me decía "no vas a pasar de ahí" por más ejercicio planeado por hacer así de ancho me quedaría, no esta mal la verdad, me agrada la idea jeje, sin embargo, después de tanto ejercicio, mi panza demandaba comida lo cual se podría pensar en comer algo nutritivo...pues no.

Sabía muy bien el tamaño de mi apetito por lo cual una ensalada solo le haría cosquillas a mi panza...pensé ¿que es lo más nutritivo y a la vez puede llenar mi panza? Pues buena pregunta. Me dirigí a buscar algo nutritivo en toda la cocina...era imposible: en la refrigeradora solo había pasteles abajo y ingredientes en la parte de arriba para hacer Hot Dog, sándwiches y hamburguesas, en la nevera helados a montón, en las gavetas solo eran tarros de galletas, dulces y donas rellenas de dulce, por si fuera poco, los números de teléfono eran solo de pizzerías y restaurantes. La única estrategia era comer una dona de las azucaradas con relleno de dulce y luego seguir con mi rutina de ejercicio normalmente solo por curiosidad.

Fui a la sala para empezar una serie de squats en la zona más despejada como por una media hora, sin embargo, ya a los diez minutos empezaba a sentir mi pantaloneta bastante ajustada pues si empezaba a notarse un proceso, como el ejercicio se trata de eso pues de algo servirá ¿no es así? Pues que creen, en ves de sentirme fuerte me sentía más suave, como si estuviera entrenando para ser Max gordo en vez de más delgado. Claro no lo note al principio pues estaba centrado en terminar la media hora, cuando por fin lo hice...mi pantaloneta se rompió por detrás además de escuchar las costuras de los lados forzarse más.

Me dirigí al espejo de mi habitación solo para notar mis caderas más gorditas...me puse tosió como un tomate al ver aquello a la vez estaba confundido ¿como es posible físicamente? No lo sabía, aunque me agradaba de cierta forma. Me dirigí a la sala para sentarme, procesar todo lo acontecido en este día esta siento tarea difícil, más cuando pensaba en si algo podría salir mal como no se...por alguna razón deba de saciar el apetito ignorado por los ejercicios o algo así.

En eso, escucho el timbre de la puerta quedando aún más confuso, a su ves algo desconfiado pues no estaba esperando a nadie. Desde la puerta se empezaba a desprender un delicioso aroma a pizza, además el repartidor empezaba a cantar irónicamente "Si tu apetito quieres saciar, a las deliciosas pizzas debes llamar" Bueno, si quería silencio era mejor atenderlo. Me dirigí a la puerta para abrirla solo mostrando mi gordito torso ocultándome en la puerta, cuando lo vi, tenía cinco cajas en sus manos, me sorprendió aquello y empezaba a pensar cómo hacer para quitarme del tiro
—D-disculpe...yo no ordene esto
—Lo se, fue el niño que está cruzando la calle
Me asome lo más que pude a esa casa y notaba a aquel niño asomándose por la ventana para confirmar la entrega de la pizza, en pocas palabras, la debía de recibir a como diera lugar
—Está bien, dámelas, las recibiré con gusto
Decía sonriendo tímidamente mientras veía al repartidor
—Está bien, solo debes de abrir la puerta para poder pasar todas, como puedes ver son cajas grandes
Decía el repartidor intentando balancearse
—...Está bien, puedes dejarlo en la mesa de la sala
Decía tímidamente mientras le daba la pasada para colocar las pizzas en su lugar, cuando pasó y las dejó se volteo a verme estando yo algo apenado por ello
—Espera...¿¡No eres el chico olímpico!? Wow...la retirada fue bastante difícil...ehhh...no crees que eres un poco joven para estar así de...
—Si si lo se, haciendo ejercicio más bien engordé
—¿Eso es físicamente posible?
—Como puedes ver...si
—Bueno...disfruta las pizzas
Decía mientras se despedía saliendo de la casa, yo le agradecí y cerré la puerta suspirando un poco volviendo a ver las pizzas, con solo el aroma mi panza empezaba a rugir bruscamente lo cual no me quedaba más alternativa, me senté a comer de las cajas una por una algo rápido con tal de hacer feliz a aquella pancita.

Unas vacaciones dulces.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora