El gran recuerdo

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Claramente le llevaba ventaja terminando con rapidez la bolsa, como mi panza estaba algo llena se notaba con lentitud como se terminaba de llenar ajustando más mi camisa por aquella panza redonda y gruñente, por el otro lado mi padre intentaba hasta lo imposible con tal de seguir mi ritmo, más le era difícil por la falta de experiencia, estar años inactivo no es lo más recomendable para alguien que le gusta estar gordito.

Al terminar por completo alce la bolsa sonriendo terminado de desgarrar la camisa en el proceso —Ja! Te gané papá— mencionaba con orgullo —Nada mal hijo, se nota mucho tu avance como gordito— reconocía mientras los botones de la camisa salían disparados —Creo que al fin cedieron, tendré que buscar otra camisa en mi ropero—
—No te muevas, yo lo haré por ti— mencionaba levantándome lentamente para dirigirme a la habitación.

Abrí una gaveta y levanté una camisa, la más grande que pude encontrar, revelando una caja pequeña —¿Que es esto?— pregunté mientras colocaba dicho objeto misterioso encima de la camisa para dirigirme a la sala para entregarle la camisa. Al estar frente a él, le mostré la camisa junto con la cajita paralizando su mirada al ver tan preciado recuerdo —esa caja...la había escondido por vergüenza, pero ahora...puedes abrirla—mencionaba agarrando la camisa dejando la caja en mis manos. La abrí con curiosidad para ver su contenido...no podía creerlo...eran fotos de mi padre cuando era Niño —¿¡Este eras tú!?—
—Si, mi madre me consentía mucho, me daba postres preparados por su mano—
—Vaya...te mantenía muy gordo—
—Así es, jeje rompí mi camisa favorita ese día, en la otra me dio vergüenza, mis pantalones cortos se rompieron en plena clase—
—estabas bastante ajustado en las otras por lo que veo—
—Rompí una silla en clases, había comido mucho en hora de almuerzo—
—Agora entiendo el porqué no te molesta, este es el verdadero tú—
—Si, y emm...¿Me creerías si te dijera que me dio celos verte así la primera vez?—
—Y creo que hasta el día de hoy, no has dejado de ver mi panza—
—Oh, lo siento hijo—
—Descuida, no he dejado de ver tu enorme panza desde tu llegada, muy bien...debo de cambiarme— mencionaba dejando al propio mi teléfono en la sala con la galería abierta.

Mi padre le llamo la atención y empezaba a ver fotos mías desgarrando camisas mientras presumía mi torso. Al volver, veía a mi padre con algo de pena pues no tenía planeado sentir vergüenza —Nada mal hijo, esa camisa como pechera te quedó bien—
—G-Gracias papá, e-emm...así suelo ser algunas veces—
—Que no te de pena, ya viste mis expresiones de alegría en las fotos, yo era igual— mencionaba suspirando mientras veía las fotos —Como quisiera volver a esos tiempos...ser joven y disfrutar de comer como tú— mencionaba sonriendo mientras se acercaba a frotar mi panza —bueno...la comida me dio sueño, iré a descansar un poco— decía en voz baja mientras se iba a su habitación para descansar un tiempo.

Por su mente pasaban todo tipo de recuerdos los cuales los sentía incompletos pues la mayoría de las veces su padre lo regañaba por comer tanto o no lo dejaba salir por el que dirán de su "preciado hijo", más que todo sintió como si aquello fuera una pesadilla más que un sueño pues aquella voz lo atormentaba bastante, esto ocasionó que se levantaba repentinamente con una respiración algo agitada pues eso le afectaba mucho —¿Papá? ¿Estas bien?— pregunté con preocupación mientras estaba en la puerta.

Este se levantó, me abrió y me abrazó con todo el cariño del mundo —Tuve una pesadilla otra vez...— me decia apenado pues esto no suele pasar así —Papá...no me lo digas en ese tono, es perfectamente normal querer desahogarse hasta se las pesadillas— le decía calmándome un poco mientras continuaba con el abrazo —Además, ser tu mismo no tiene nada de malo, si quieres estar así adelante, es tu decisión y debes de estar feliz por ello— mencionaba consolando su trauma —Gracias, no sabría que hacer sin ti— me decía separándose del abrazo—¿Sabes hijo? Cuando te veo, veo a aquel niño que fui una vez: feliz, inteligente y algo presumido— me decia sonriendo mientras colocaba una mano en mi panza estando de rodillas —Y nadie te quitara eso, ni siquiera yo—
—Gracias papá, pero se una cosa...siempre podrás mejorar— mencionaba mientras intercambiábamos sonrisas —¿quieres comer helado? Eso me calma cuando estoy así—
—Seguro hijo, vamos, tengo antojo de menta— mencionaba levantándose para luego ir a la cocina.

Al llegar agarro los dos botes de helado siendo de menta y galleta, agarré dos cucharas destapando con ellas los tarros y colocando las respectivas cucharas —¿Debo de comer todo?— preguntaba con sorpresa —Exactamente, bueno hasta donde llegues, de mi parte podría con todo el refrigerador— mencionaba con orgullo empezando a comer el helado junto a es con una sonrisa pues estaba compartiendo por fin con mi querido padre.

Unas vacaciones dulces.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora