4. tu estrella favorita

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Poché;

1.095 días    =    3 años
             después.

Desde que mamá se fue aquella noche... mi vida no ha sido muy fácil que digamos. Mantenerme fuerte por  Valentina y mi padre ha sido un poco duro para mí.

pero, a pesar de todo, mi papá siempre nos habla con una sonrisa en su rostro, tratando de demostrarnos que ahora mamá está en un lugar mejor, cuidándonos de todo lo que nos pueda hacer daño.

recuerdo que sus últimas palabras fueron... "si un día no estoy, solo mira tu estrella favorita en el cielo y puedes estar segura de que me encontrarás allí"

pude terminar mi carrera y oficialmente era una veterinaria, me habían entrevistado y ahora tenía un trabajo en el norte de la ciudad.

y sonará extraño... pero durante todo este tiempo, no he parado de pensar en una sola persona.

Daniela...

Aún recordaba todo perfectamente.
El día que la ví en aquel parque durante la mañana, para mi memoria era tan fácil recordar cada detalle de su rostro, su sonrisa y sus hermosos ojos.

esos ojos que a veces no me dejaban dormir por la noche, su color avellana no quería salir de mi mente.

nunca la volví a ver, luego de un mes del fallecimiento de mi madre fui al lugar en el que la ayudé a ella y a Ramón aquella mañana, pero no obtuve resultados positivos.

no la pude buscar por redes, ya que no sabía su apellido y hay una gran cantidad de Danielas en todo el mundo.

aún no entendía como en estos tres años no la había podido encontrar en esta ciudad, incluso me fijaba muy bien en cada lugar al que iba, porque tenía fe de verla de nuevo.

tal vez se había ido del país, o solo tuve mala suerte para encontrarla, o peor aún... quizás había sido todo producto de mi imaginación.

aunque eso era casi imposible, porque aún tenía la pulsera que me había regalado ese día, era sagrada para mí.

esa "D" que tenía en el centro siempre me sacaba una sonrisa cuando me sentía triste.

solo esperaba volver a ver a esa chica y a su lindo perrito algún día.

-En qué mundo andas Poch?- se acercó Alejo

era mi compañero en el trabajo, un chico bastante agradable. se había convertido en algo así como mi mejor amigo, porque siempre tenía buenos consejos para darme.

-no sé, estoy nerviosa, seguramente por la mudanza- le dije mientras cerraba el casillero en el que estaba mi bolso.

-si quieres te puedo acompañar a llevar las cosas a tu nuevo departamento, este es un gran paso en tu vida, y como buen amigo que soy me gustaría acompañarte- respondió con una sonrisa

-no sé que hice para merecerte alejo, en serio, gracias- asentí aceptando su propuesta

en la mañana de ese mismo día, llevaron el camión de la mudanza a mi nuevo hogar. Había ahorrado lo suficiente para vivir en una muy buena zona de Bogotá.

pero no negaba que tenía demasiado miedo, era la primera vez que viviría sola en mis 22 años de vida.

mi padre había estado feliz con la idea de que empezara a ser más libre y a vivir mi vida como una adulta, en cambio Vale... estaba un poco triste, lo notaba en su cara.

Se me ocurrió una gran idea mientras Alejo y yo íbamos en el auto.

tomé mi teléfono y le marqué.

Llamada.

-hola?- se escuchó al otro lado de la línea

-Vale!- respondí

-hola poché, todo bien?

-si si, todo está cool. Estaba pensando... y no sé si tal vez te gustaría acompañarme esta noche en mi nuevo depa- dije con emoción

-algo así como una pijamada?- juraría que habló como una niña de 5 años

-si, una pijamada- respondí con una carcajada

-está bien, en una hora salgo para allá- dijo feliz y colgó la llamada.

-tú y tu hermana son como un chicle, inseparables eh- escuché a Alejo mientras se burlaba

-ja ja ja- me reí sarcásticamente -es solo que no quiero que piense que la abandoné

-si, claro... no será que en realidad, todavía te da miedo la oscuridad y dormir sola?- dijo mientras apagaba el auto

abrí la puerta y me bajé

-no porque usted sea una gallina hasta para ir solo al baño quiere decir que yo también lo sea, señor- rodé mis ojos

-oye! lo del baño fue solo una vez y porque no había electricidad, pequeña hormiga

me volteé y lo miré de manera fulminante

-recuerda la primera regla para que no me enoje- alcé mi dedo en dirección a él

-si si, ya sé. No burlarme de tu altura- rodó los ojos

reí porque el se sabía todas las reglas de memoria. Caminé a la recepción y le hablé el encargado.

-Hola... soy María José Garzón, esta mañana vinieron a dejar las cosas de la mudanza en mi departamen...- iba a terminar pero me interrumpió.

-Señorita Garzón, que gusto tenerla por acá. Estas son sus llaves- las sacó de una pequeña caja- su departamento es el 6, se encuentra en el piso 15- finalizó con una sonrisa

-Muchas gracias- asentí y alejo y yo fuimos hacia el ascensor

-por qué todo es tan callado aquí?- preguntó

-no tengo la menor idea, pero según lo que leí, en este lugar viven personas muy importantes, así que supongo que por eso es tan aburrido todo- reí

cuando se abrieron las puertas del ascensor en mi piso, alcé mi vista y juraría que casi me desmayo.

no podía creer lo que estaba viendo...

no podía creer lo que estaba viendo

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-V.

Te amaré (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora