𝐑𝐎𝐑𝐘 𝐋𝐋𝐎𝐘𝐃 llega a Hogwarts siendo hija de una maga, y un hombre muggle. Su escuela de hechicería y magia es una nueva etapa donde conocerá muchas cosas nuevas, pero en especial a gente nueva. Ya sea de manera positiva o negativa.
Y aunque...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
EXTRA 1.1– EL COMIENZO DE TODO
EL PRIMER DÍA como alumna de Hogwarts de Susan Pevensie fue de lo más extraño. Ella en general se encontraba muy extraña por dentro.
Estaban ya en la estación de tren, King's Cross, delante de la pared que debían cruzar para entrar en el andén nueve y tres cuartos. Ella ya lo había hecho dos veces antes, el año pasado para llevar y recoger a su hermano mayor de Hogwarts.
Su hermano Peter pasaba ya a su segundo año y ella entraba en el primero. Ella era la segunda hija, y el tercero era Edmund. Edmund tenía un año menos que ella, así que todavía debía esperar otro año entero para entrar en el castillo de hechicería.
Por último, Lucy era la más pequeña y adorable de todos ellos. Pero ella tenía dos años menos que Edmund, por lo tanto todavía le quedaban tres años para poder entrar.
—¡Vamos allá! —gritó Peter sujetando bien su carrito, y acto seguido corrió hacia la pared para atravesarla sin ningún contratiempo.
—Venga, Susan, puedes pasar —le dijo su madre dandole una pequeña palmada en el hombro.
Susan apretó fuerte sus labios y miró el carrito que sujetaba en ese instante. Después miró a los lados e inspiró fuerte: corrió hacia la pared y en cuestión de segundos ya estaba en el andén esperado.
Miró a todos lados mientras una sonrisa se formaba en su rostro, estaba allí de nuevo. Después de todo el verano podía estar en la estación de nuevo, y esa vez era ella la que acabaría en Hogwarts. Estaba lleno de gente, había mucho alboroto entre todas las familias y niños que se arremolinaban en ese instante.
Buscó a su hermano con la mirada y se dio cuenta de que había ido a saludar a sus dos mejores amigos de la escuela: Fred y George. Supo que eran ellos porque Peter llevaba todo el verano hablando de ellos. Eran dos gemelos delgados, muy altos y de cabello pelirrojo. Llamaban la atención y eran literalmente idénticos.
Peter en ese momento los saludaba efusivamente y a su lado parecía incluso bajo de estatura, cuando no lo era. Pero al lado de esos dos chicos cualquiera parecía pequeño.
Detrás de ella llegaron sus padres y sus dos hermanos pequeños. Lucy se agarraba a la mano de Helen Pevensie mientras miraba alto intimidada aquel lugar. Era la primera vez que lo visitaba.
—A ese tren montarás tú un día —le dijo Andrew a su hija pequeña con una gran sonrisa, señalando el transporte.
