𝐑𝐎𝐑𝐘 𝐋𝐋𝐎𝐘𝐃 llega a Hogwarts siendo hija de una maga, y un hombre muggle. Su escuela de hechicería y magia es una nueva etapa donde conocerá muchas cosas nuevas, pero en especial a gente nueva. Ya sea de manera positiva o negativa.
Y aunque...
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19. HOGSMEAGE
EL SÁBADO antes de la primera prueba dieron permiso a todos los alumnos de tercero en adelante para que visitaran el pueblo de Hogsmeade.
Por desgracia, Lucy aún no podía ir a ese viaje al estar en el segundo curso, pero el resto aprovecharon el día para hacer algo diferente ese fin de semana.
—¡Adiós, tortolitos! —Gritó Rory al ver que Fred y Susan se iban juntos de la mano a otra parte.
Los demás rieron. Susan ya les contó todo sobre la con Fred y a todas les pareció de lo más romántico y divertido. Aunque Ginny simuló que vomitaba una media de cinco veces al pensar que todo eso era sobre su hermano. Pero Susan parecía de lo más contenta, así que las demás también lo estaban.
—¿Cuánto apostáis a que a partir de ahora vamos a dejar de verlos con tanta frecuencia? —Soltó George.
—No apuesto nada porque pienso lo mismo —Respondió Peter metiendo las manos en sus bolsillos.
Cuando iban a Hogsmeade vestían la ropa normal de calle que solían llevar fuera de Hogwarts. Ese día hacía frío al estar a finales de noviembre y todos se habían abrigado bastante.
Hermione no estaba allí, había entrado "sola" a Honeydukes, pero Rory sabía que estaba con Harry. Lo que pasaba era que él no quería ser visto e iba con su capa invisible.
Ron estaba con ellos, porque obviamente era demasiado difícil compartir aire con Harry para él. Debían terminar con esa estúpida discusión de una vez.
—¿Vamos a Las Tres Escobas? —Preguntó George.
Katie se había ido con Angelina, por lo que en ese momento estaban Edmund, Peter, George, Ron, Lee, Daniel y Rory.
—Claro —asintió Daniel.
—¡Eh, Rory!
Rory se giró para ver quién le llamaba. Sonrió al ver que se trataba de Caspian. Él llegó hasta ella después de saludar al resto con mucha más amabilidad que ellos a él.
—Te iba a preguntar si querías venir a la tienda de té de Madame Pudipié —Le dijo con una sonrisa encantadora, Rory le miró extrañada, pues era un lugar de citas—. Ya sabes, para reírnos de los estúpidos que van allí.
Daniel en su mente tachó la idea de invitar a una cita allí a Lucy cuando pudiera visitar Hogsmeade en un año. Si era algo ridículo y se lo proponía a la chica podía quedar como un tonto.
