02: inclement Weather

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━━━━ CAPÍTULO 02: inclemencias

━━━━ CAPÍTULO 02: inclemencias

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HEDA, ESTOY BIEN. —resopló la rubia— Sólo han sido unos arañazos.

—Podrías haber muerto, Ripaheda. Deberías tener más cuidado cada vez que sales.

—Ugh, ya eres la tercera persona que me dice eso. —se quejó— Soy la comandante asesina, Lexa, tú me nombraste así por algo. No necesito que nadie ni nada me proteja. —Thalía se levantó de su cama y salió de la cabaña para ir a encontrarse con Lynette.

La pelirroja y ella había tenido sus diferencias al principio. La Trikru había intentado cortarle una pierna y la Skaikru, a modo de venganza, había intentado cortarle un brazo.

Lo normal, vamos.

La encontró después de un rato entrenando con Indra. Ambas eran las mejores guerreras de todo Trikru junto a Kenneth, por lo que ambas fueron las encargadas de entrenar a Thalía antes de que se convirtiese en líder.

Ripaheda —la saludó la morena al verla. Guardó su espada y se giró para mirar a la pelirroja—, mañana seguimos con el entrenamiento.

En cuanto Indra se fue, la rubia se acercó a Lynette, quien evitaba su mirada a toda costa, haciéndole fruncir el ceño. Sabía que si la Trikru no le dirigía la mirada era por que ocultaba algo.

—Lyn —la llamó, pero ella seguía sin mirarla—, Lynette, mírame. —ordenó y por el tono que utilizó, la pelirroja supo que su líder no estaba para juegos, por lo que la miró, tratando de mantener la compostura— ¿Qué ha pasado?

La guerrera formó una mueca con su boca sin poder evitarlo. Odiaba que la rubia fuese tan perspicaz y que se enterase de todo con tan sólo tus gestos. La mirada de Lía estaba fija en ella, sentía como si fuesen miles de cuchillos atravesándole el cuerpo, esperando a que le diese una respuesta que la dejase conforme.

Lynette tragó con una pizca de nervios —Lincoln se ha entregado.

La cara de la Skaikru cambió drásticamente. Sabía cual era la penitencia del terrestre por haber ayudado a Octavia en su momento. Ahora mismo, Lincoln estaba tachado como traidor, lo que le conllevaba a que, si lo encontraban o se entregaba, tuviera una penitencia dolorosa.

—No queríamos decírtelo porque sabíamos como reaccionarías. —continuó la pelirroja— Perdóname, Ripaheda.

Ai laik Okteivia kom Skaikru. —gritó una voz desde fuera del campamento, haciendo que la atención de la rubia se desvíe ahí— Y tenéis algo que vais a tener que darme.

the guard and the lawyer ━ 𝘣𝘦𝘭𝘭𝘢𝘮𝘺 𝘣.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora