Capítulo 30 - Adiós es para siempre

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Música para acompañar los capítulos:

Sia - Freeze You Out

Christina Perry – A thousand years


Capítulo 30 – Adiós es para siempre

Su vastísima instrucción, su carácter un tanto excéntrico, su proverbial voluntad de hierro, su continente severo e impasible, le investían en cátedra de cierta majestad sui géneris contra la que rara vez osaba rebelarse quien sea. Ese era Luca. Pero todo el vasto conocimiento que lo diplomaba profesor no llegó para soltar su lado perverso y enfermo y, encendido en cólera fulminó dicterios y amenazas por todo el aire.

—Francesca nunca será tuya, acéptalo. Me ama, me quiere y se va a ir conmigo. Cometí el error de dejarla irse, pero eso no volverá a pasar.

Pero era tal el fuego que un díscolo, intrigante, y diré también, cobarde ser introdujo entre nosotros que no pudo más que liberar una guerra que no quería entre él y el hombre que verdaderamente amaba y quería: Toby. Y escuchando sus palabras temí que no volverá a verlo jamás.

—Si tan cierto estás de que te quiere ¿por qué la tienes presa?, déjala ir, suéltala. No te entiendo, pareces tan seguro de ti que yo no lo estaría tanto.

De pronto, lo que había conseguido y por lo que tanto había luchado con uñas y dientes empezó a sentirse más lejano: mi libertad. Luca me sujetaba con más fuerza aún. Estaba a punto de romper mis huesos se siguiese ejerciendo aquella presión desmedida. Pero, a la vez, sentí su rabia, con el temblor que le recogía el cuerpo. Las palabras de Toby lo estaba encabronando más, si era posible. Y solo pedía a Dios que Toby supiese lo que estaba haciendo, porque cabrear un psicópata nunca es bueno.

—Lárgate tú, ya has metido demasiado la pata donde no deberías. Pero no voy a permitir que toques más en ella —bramó Luca.

Toby mantenía una tranquilidad excepcional. Yo estaba dolida, nerviosa, apavorada y conocía Luca, no sé cómo él podía estar tan calmo. Aquiles seguía a su lado igualmente impávido y sereno.

—Esto va a ser un final interesante, lo estoy viendo —declaró Toby con una sonrisa perversa. ¿Qué coño hacía provocándolo?

Luca empurró el cuchillo más cerca de mi garganta y ahora las lágrimas no paraban de salir de mis ojos. Podía sentir la punta afilada rompiendo mi piel y sé que me había herido. Me quedé inmóvil. No iba a arriesgar cometer una idiotez. Este hombre era otra persona, era un monstruo. Y no sé de qué sería capaz. Toby siguió en la exacta misma posición, pero pude ver como sus ojos se oscurecieron y su garganta subía y bajaba con dificultad. Su calma era una simple fachada, lo podía ver claro.

—¿Qué crees que ganarás con todo esto? ¿Piensas que te amará después de lo que le estás haciendo?

—Yo suelo hacer favores a las personas, cuando me conviene y, en este preciso momento, estoy a punto de hacerte un favor: dejarte vivir. Dejarte casarte con esa prometida tuya y así puede que entres de una vez por todas en tus cabales y NOS DEJES EN PAZ —estremecí cuando chilló la última frase.

—Das por hecho que me conoces. Mira quién se ha cabreado. ¿Te molesta pensar que yo soy mejor para ella que tú?

—CALLÁTE. —De verdad, no entendía por qué Toby seguía provocándolo.

—Al mejor tú es lo que debería callar. ¿Ya has pensado en tu hijo? ¿Qué pasará con él cuándo sepa que su padre es un asesino o un secuestrador?

La respiración de Luca era acelerada. Estaba muy nervioso con la conversación y el grado de provocación de Toby.

—Me expreso mejor con mis actos. Ya está bien de tanta charla. —Nos empurró hacía atrás. Justo detrás de nosotros estaba la puerta de las traseras, por donde él pretendía llevarnos—. Nosotros vamos a salir por esta puerta y tú te quedarás aquí, guapetón. Solito.

Regálame un bichito |ROMANCE JUVENIL| TERMINADA & COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora