Capítulo 18 - Un café solo, por favor

1.1K 90 2
                                    

Música para acompañar el capítulo: 

Faouzia & John Legend - Minefields

Camilo & Pablo Alboran - El mismo aire


Capítulo 18

Cuántas cosas habían cambiado sin habérselo propuesto. Deseaba tanto volver a la tranquilidad que antes tenía..., pero ya no había marcha atrás. En ese momento me di cuenta de que todo acto conlleva una consecuencia, pero jamás imaginé que estallarme contra una persona en un parque acabaría por nos convertir en un culebrón. Sí, porque mi historia con Toby estaba más para novela dramática que otra cosa.

Otra mañana, al levantarme recibo un mensaje de Toby en el móvil:

"Hola, espero que hoy te levantes de buen humor. Por cierto, estoy super enamorado de ti, ¿te lo he dicho ya? Hoy no puedo ir al parque contigo, tengo una reunión temprano. Nos vemos más tarde. ¿Te apetece salir a cenar o hacemos picnic en casa? Te dejo escoger. Besos.

P.D. Saqué a Aquiles y ya hizo pipí y caca. Te lo dejé en la clínica."

La última semana después de nuestro encuentro íntimo fue muy diferente a lo previsto. Toby venía conmigo todas las mañanas al parque para pasear a los perros conmigo. Traía a Aquiles para que nos acompañara y pasábamos ese tiempo juntos, tomando una taza de café portátil antes del trabajo. Nos veíamos casi todos los días después del trabajo y, como esta semana tenía un turno fijo, siempre podíamos salir juntos. Los días que no dormía en mi casa yo dormía en la suya. Y de repente, sin darme cuenta, casi podría decir que éramos una pareja.

Y eso me recordó otro detalle: el hecho de que Toby era un hombre comprometido, todavía, y que me estaba metiendo de cabeza en algo muy turbio, otra vez.

Le contesté de vuelta.

"Hola, buenos días. Qué pena que no te pueda ver esta mañana. Pero, no pasa nada, nos vemos esta noche en mi casa, si te parece bien. No me apetece salir, ¿pedimos comida? Dejo la elección a tu criterio, ya que eres el tiquismiquis de los dos. Beso. También te echo de menos."

No tardo en hacerse oír:

"¿Tiquismiquis, yo? Esta noche te probaré lo contrario. No veo hora de estar contigo. Pasa un buen día, amor."

Cada vez que me llamaba así me daba un vuelco al corazón. Me estaba metiendo en el ajo profundamente.

—Llevo toda la mañana llamándote. ¿Has perdido el teléfono? —me preguntó Anna con voz acelerada.

—Lo tenía en silencio. ¿Ha pasado algo?

—No. Quería avisarte que hoy no voy a poder hacer el turno de la noche, me ha surgido algo imprevisible y no voy a poder estar. Pero no te preocupes, ya hablé con Robert y me va a substituir, así que no pasa nada.

—Muy bien, no hay problema, gracias por avisarme. Pero hoy estarás en la clínica durante el día, ¿verdad? Podrías habérmelo dicho más tarde, no hay necesidad de llamar tan temprano solo para decir eso, no es que no te vaya a ver...

—Sí, pero no es por eso por lo que te llamé. Te he llamado porque anoche, sobre las diez y media, cuando estaba de turno, un hombre vino a la tienda buscándote.

—¿Un cliente? ¿Quién? —pregunté.

Muchas personas preferían ser atendidas por un profesional u otro. Para nosotros, era indiferente. Quien estaba de guardia era tan bueno como el otro, pero la gente se ganaba nuestra confianza y a menudo no quería ser atendida sin esa persona. Estábamos acostumbrados a ello.

Regálame un bichito |ROMANCE JUVENIL| TERMINADA & COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora