Capítulo 31 - El rumor

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Música para acompañar los capítulos: 

Billie Eilish - Happier Than Ever

Madison Beer - Reckless


Capítulo 31 – El rumor

Dos días después hicimos el funeral a Aquiles en una ceremonia que él decidió permanecer en la intimidad de unas pocas personas. También había decidido cremarlo y quedar con sus cenizas. Todo el evento fue traumático y triste. En el final nos abrazamos por mucho tiempo y volvió a darme las gracias. No intercambiamos muchas más conversaciones de las básicas y necesarias para las circunstancias. Quedamos de vernos prontamente, eso sí. Toby me dijo que iba a salir de la ciudad por unos días, porque necesitaba un tiempo para asimilar todo lo que había pasado.

Yo también tuve que sacarme algunos días tras lo sucedido. Luca fue arrestado por la policía y tras pasar algunos días en el hospital recuperándose, lo trasladaron a una prisión de alta seguridad, donde iba a quedar aguardando sentencia. Lo más seguro es que la pena que recibiera fuera alta. Desde 2019, en los Estados Unidos, el maltrato animal es considerado un delito con penas de prisión superiores a siete años. Si a esto agregamos que culminó en la muerte del animal, seguro que subirá su condena. Sumando el hecho de que amenazó, casi secuestro y usó armas contra mí y otra persona, lo más probable es que no salga de la prisión ni para ver su hijo pequeño casarse. Quería sentir pena de él, pero no se me asistían esos sentimientos. Sin embargo, sentí alivio por aquella pobre criatura nacida de un matrimonio fallido, no venir a ser víctima de un hombre loco. Deseaba con todas mis fuerzas que su madre, la exmujer de Luca, tuviera la oportunidad de ser feliz y rehacer su vida. Yo, por mi lado, volví a ganar el sentimiento de culpa, al pensar que un día fui responsable, consciente o inconscientemente del sentimiento de su mujer. De nada me valía culpabilizarme, lo había aprendido, pero no podía quitar ese mal sabor de boca que me dejó toda esta historia. Era una pesadilla.

Tres semanas pasaron desde el fatídico día. Estaba en casa de Chiara ayudando con los preparativos para la fiesta de cumpleaños de Fabricio. Este año el 4 de julio tocaba un domingo y nos quedaban 24 horas para dejarlo todo zanjado. Chiara era la típica mamá italiana. En los cumpleaños de sus hijos tiraba la casa por la ventana montaba los eventos del año. Asociando el hecho de que se conmemoraba una fecha importante, ¡vamos!, no faltaría nada.

Su casa tenía un jardín enorme y había espacio para los niños corriesen y jugasen. Se había montado castillos hinchables y preparado varios juegos para ellos. Yo estaba terminando de decorar la mesa de magdalenas. Venían de «Magda llenas con amor», El mejor catering de estos dulces. Estaban espectaculares. La mesa se quedó bonita, llena de colorines y buena pinta.

Una mano iba extendida a coger una, cuando le di una colleja para evitarlo.

—No, Steven —lo regañé.

—¡Oh! ¡¿Por qué?! Solo una, nadie va a notar.

—Jo, eres peor que los niños. Lo noto yo.

—Yo soy un niño, grande, pero sigo siendo un niño al que le gusta mamar...

—STEVEN... ¡para! Deja de ser un cerdo.

—¡AY! Qué mojigata. Y si no me dejas comer un pastelito eres mala.

—Sí, sí lo soy y lo sabes, pero aquí no tocas.

Steven hizo un puchero con la boca y puso la carita de niño pequeño al que se le rechazó unas chucherías. Carl llegó por detrás de Steven y lo abrazó. No solían tener arrebatos de amor en público, pero cuando estaban entre familia y amigos se veían muy encariñados el uno del otro.

Regálame un bichito |ROMANCE JUVENIL| TERMINADA & COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora