Capitulo 9 - La Cura

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MÚSICAS PARA ACOMPAÑAR LA LECTURA: 

Shania Twain - When you kiss me

Jonathan Roy - Keeping me Alive


Capítulo 9


Eran las seis y media cuando terminamos todo el trabajo. Pasé a saludar todo el personal y despedirme de Sam. Toby quiso devolverle las botas, pero él le dijo que podía quedarse con ellas y que yo las trajese la próxima vez que los visitase. Así tenía excusa para verme, decía. Toby no le pareció encontrar gracia a su ofrecimiento, pero aceptó. Mejor eso que apestar todo su coche.

En el viaje de regreso a casa, sentí el cansancio del día y al relajarme pude sentir también el dolor en la cadera, justo en la zona donde había llevado la patada. Coloqué la mano en la zona para friccionar un poco, en busca de alivio.

Ese gesto no pasó desapercibido a Toby que me miró de soslayo, mientras conducía.

—¿Te duele?

—Un poco —contesté—, nada de especial.

—Nada de especial, dice ella —hablaba como si yo no estuviese allí—. ¿Sabes lo que no es nada de especial? Pisar mierda. Pero eso que tú sufriste fue un golpe serio y puedes haber ganado una contusión valiente. Deberías acervarte de que no es algo grave.

—¡Uau! Por breves momentos pensé que tú eras el veterinario y no yo.

—No tengo vocación para domar yeguas, si es eso que quieres decir —me puse mega sonrojada con su comentario.

—Soy médica y sé cuándo estoy bien o no. Pero gracias por tu preocupación.

Continuamos en silencio y no me contestó. Pasado un rato, disminuyó la velocidad y se adentró en un caminito paralelo de la carretera, aislado de coches. Paró el motor, quitó el cinturón y se colocó de lado en el asiento para mirarme. Lo miré sorpresa con su actitud.

—Bájate los pantalones.

—¿Perdona? —me rostro sería un espanto de asombrada que me quedé con aquella afirmación. Estaba sola en una carretera con un psicópata.

—Que bajes los pantalones, fue lo que dije.

—¿Pero tú estás loco? Ni muerta voy a bajar los pantalones. Me estás confundiendo, seguramente —él resopló.

—Francesca, la que me está confundiendo eres tú. No me confundas con algún tarado. Solo quiero certificarme de que lo que tienes en la pierna no es nada de especial. Estoy preocupado, solo eso. Y tú pareces una persona demasiado cabezota como para aceptar cualquier otra opción.

Ahora me estaba ofendiendo, por encima. ¿Cabezota? ¿Quién se ha creído?

—Escúcheme bien, señor Wilson —él puso los ojos en blanco y resopló otra vez—, no voy a bajarme los pantalones a un desconocido y menos a uno como tú. Sé cuidar de mí sola, no necesito tú ayuda. Gracias, pero no. ¿Podemos seguir o tengo que llamar un taxi?

—Ni vamos a seguir, ni vas a llamar un taxi. Aparte, no hay cobertura aquí —miré el móvil y era cierto. No tenía itinerancia de red. ¡Mierda! —Vas a hacer lo que te estoy pidiendo. Es por tú bien y creedme, por el mío. No voy a quedarme descansando mientras no vea si lo que dices es cierto y no es caso para tanto. Así que, por favor, podemos hacerlo por las buenas.

—¿Qué se supone que quieres decir con eso? —me asusté con su frase— ¿Me vas a desnudar a fuerza? Sobre mi cadáver —afirmé retándole con la mirada.

Regálame un bichito |ROMANCE JUVENIL| TERMINADA & COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora